Leopoldo Roberto García Peláez Benítez, mejor conocido como Polo Polo, perdió la vida el pasado 23 enero tras luchar contra la demencia vascular, que es el segundo padecimiento cognitivo más frecuente después de la enfermedad del Alzheimer, pero ¿qué provoca esta enfermedad y cómo afecta al cerebro?
La demencia vascular es un síndrome neurológico ocasionado por diversas afecciones que dañan los vasos sanguíneos del cerebro. La mayoría de los pacientes que reciben este diagnóstico han tenido un accidente cerebrovascular como un derrame, propiciando la aparición de la enfermedad.
No todas las personas que han sufrido este tipo de accidentes desarrollan demencia vascular, pues también puede ser resultado de otras afecciones que impidan el flujo sanguíneo, así como el suministro de oxígeno al cerebro, como el estrechamiento de las arterias. Algunos factores que aumentan el riesgo de padecer esta afección son: los problemas con el ritmo cardíaco, la diabetes, el colesterol alto y la presión arterial alta
La principal diferencia con el Alzheimer está en el rango de edad, ya que esta última se presenta normalmente después de los 65 años. Mientras que la pérdida de memoria es poco común en pacientes con demencia vascular.
Sin embargo, comparten varios síntomas como problemas de razonamiento, planeación y juicio, así como otros procesos mentales provocados por el daño cerebral a causa de la disminución del flujo sanguíneo al cerebro, de acuerdo con expertos.
¿Cuáles son los síntomas de la demencia vascular?
Los síntomas pueden depender del tamaño, la ubicación y la cantidad de áreas dañadas del cerebro, aunque también aparecen sin aviso previo y suelen ser confundidos con síntomas de Alzheimer. Los malestares más destacables de la demencia vascular suelen implicar la velocidad del pensamiento y la resolución de problemas en lugar de la pérdida de memoria.
Otros síntomas con los cuales se puede identificar este padecimiento son los siguientes:
Tener dificultad para llevar a cabo tareas que antes eran fáciles.
Tener problemas para seguir instrucciones, aprender información o rutinas nuevas.
Olvidarse de sucesos actuales o pasados.
Extraviar artículos.
Tener problemas con el lenguaje como usar una palabra incorrectamente.
Tener dificultad para leer y escribir.
Perder interés en las cosas o las personas.
Actualmente no hay tratamiento alguno que pueda curar la demencia o revertir el daño cerebral causado por los derrames. El tratamiento más bien se centra en prevenir futuros accidentes cerebrovasculares, usando medicamentos como los anticoagulantes, que pueden ayudar a disminuir el riesgo de ocasionar más daños al cerebro.
Estudios médicos también han demostrado que los medicamentos que ayudan a tratar los síntomas de la enfermedad de Alzheimer podrían beneficiar a las personas con demencia vascular temprana, así como atender otros factores de riesgo como la presión arterial o colesterol altos, pueden ayudar a mejorar la condición de vida de los pacientes.