El Gobierno mexicano busca librar una batalla contra la industria tabacalera por medio de la reforma a la Ley General para el Control del Tabaco que ahora prohíbe fumar en espacios públicos, así como la exhibición de publicidad en los establecimientos de venta. A la par, hay gente que no tiene la intención de dejar de fumar, pero si busca alternativas que puedan afectar en menor grado su salud.
Si de lo que se trata es de mantener una experiencia similar a la de la combustión del tabaco, con humo y una cata de sabores, hay alternativas como los cigarros herbales o artesanales que usan distintas mezclas de herbolaria.
Este tipo de cigarrillos pueden ayudar con diferentes problemáticas como el estrés, la digestión o la ansiedad, dependiendo de la mezcla usada. Suelen ser de una calada más ligera, aunque también presentan agentes cancerígenos debido a la combustión.
Algunas de las hierbas más populares son la caléndula, menta, albahaca, manzanilla, lechuga, romero, pasiflora y lavanda y pueden ser encontrados en Smoke Shops de la capital poblana o en zonas turísticas como el Edificio Carolino.
De acuerdo con el último reporte de la Encuesta Nacional de Adicciones (ENCODAT) llevada a cabo por el Observatorio Mexicano de Salud Mental y Consumo de Drogas, en Puebla hay más de 683,000 fumadores, de los cuales 62 % intentó dejar de fumar en alguna ocasión.
Y aunque no existen alternativas completamente saludables para fumar debido a que el proceso de combustión libera más de 6,000 sustancias químicas, de las cuales 100 aproximadamente han sido identificadas como la causa potencial de posibles enfermedades, si hay propuestas que buscan ser una opción menos dañina en comparación con el tabaco y los químicos que suele tener un cigarro normal.
Bajo este margen, se ha popularizado el uso de vapeadores o cigarros electrónicos que son presentados como alternativas “sin humo” gracias a que solo se usan aceites con nicotina, pero que no están exentas de contener sustancias toxicas en los cartuchos para producir densas nubes de humo.
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Pero existe una facción de vaporizadores conocidos como herbales, que buscan dar una mejor experiencia, así como disminuir el número de agentes cancerígenos productos de las caladas, además de permitir un mejor control sobre las mezclas de nicotina que se consuman. Se pueden encontrar en dos versiones.
La primera funciona por conducción, es decir, el tabaco reposa sobre una cámara hecha por algún material conductor que aumenta la temperatura sin llegar a la combustión, aunque este tipo de sistema, si no es controlado con precisión, puede tostar el producto afectando la experiencia.
La segunda alternativa son los vaporizadores por convección, que funcionan cuando una corriente de aire atraviesa una cámara, comúnmente hecha de cerámica para evitar agentes contaminantes, donde reposa la materia vegetal, y se logran temperaturas exactas que permiten la liberación de ciertas partículas, pero sin la combustión que genera sustancias perjudiciales.
