El peso gana terreno frente al dólar y los bolsillos de los mexicanos no lo notan, ¿por qué?

El peso gana terreno frente al dólar y los bolsillos de los mexicanos no lo notan, ¿por qué?

Foto: Enfoque

La política económica de México de subir la tasa de interés para controlar la inflación ha generado que el peso de este país se aprecie frente al dólar. Sin embargo, esto no se ve reflejado en los indicadores de la economía interna ni en los bolsillos de los ciudadanos. ¿Por qué?

 

Desde septiembre pasado, el peso mexicano se ha ido apreciando y el pasado 11 de enero se cotizó por debajo de los 19 pesos por dólar estadounidense. Esta racha ha hecho que la moneda sea catalogada como 'superpeso'.

 

A pesar de la buena racha de la moneda, lo cierto es que los mexicanos no han visto reflejado este efecto, pues aunque la inflación ha bajado y cerró el año en 7,82%, los precios de los productos siguen sin bajar.

 

"Los libros de texto de Economía nos dicen que, cuando una moneda se aprecia frente a otras, las importaciones tienden a aumentar porque se abaratan", señala en una entrevista con Sputnik José Ignacio Martínez Cortés, coordinador del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios (LACEN) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

 

 

Sin embargo, dice, esto no está pasando en México y la razón es que la política económica para hacerle frente al aumento inflacionario ha tenido dos efectos: fortalecer el peso, pero encarecer el crédito, siendo este segundo factor algo que inhibe el consumo.

 

Al encarecerse el crédito, abunda, la inversión tiende a desacelerar y esto, a su vez, genera que los productos de importación salgan más caros. De acuerdo con datos recopilados por la UNAM, hasta octubre pasado la demanda de bienes y servicios disminuyó un 1.8 % en comparación al mes anterior.

 

"Como tenemos una inflación muy alta en Estados Unidos, lo que es alimentos y componentes industriales en Estados Unidos no se reduce y estamos importando a México bienes de capital, de uso intermedio y de consumo a precios inflacionarios", explicó.

 

De acuerdo con el especialista, de 10 productos adquiridos por los mexicanos, al menos seis son de importación, sobre todo en vestido, calzado, alimentos y electrodomésticos. Todos estos productos, advierte, van al alza.

 

Además, señala el experto, si el peso sigue a la baja se corre el riesgo de que los productos nacionales se encarezcan y se apueste por aumentar la importación.

 

"Que tenemos un peso fortachón, pues sí, eso es innegable. Solamente que si el peso sigue a la baja, entonces se estaría encareciendo el producto nacional. Por lo tanto, ¿dónde vas a crear empleo? Porque vamos a comprar más importado y vamos a generar más empleos en Estados Unidos que aquí", sentenció.

 

De acuerdo con datos del Banco de México (Banxico), al cierre de diciembre el peso tuvo una apreciación de 5.3 % con respecto al mismo periodo de 2021.

 

 

A lo largo del año, el peso tuvo un valor mínimo de 19,1656 pesos por dólar y un máximo de 21,3327, con lo que se posiciona como una de las divisas más apreciadas durante el 2022.

 

Después del peso, las divisas mejor apreciadas en el año fueron el real brasileño, con 5.24 %; el sol peruano, con 4.55 %; el rublo ruso, con 3.96 %; el dólar de Singapur, con 0.21 %, y el peso chileno con una apreciación de 0.09 %, según datos de Expansión.

 

José Ignacio Martínez Cortés indica que ante el alza en los precios a pesar del superpeso mexicano, es necesario cuestionarse si la política monetaria del Banco de México es la adecuada.

 

"El peso se está apreciando, la tasa de interés está aumentando y la inflación no se está reduciendo porque haya buena estabilidad en el mercado sino porque se está reduciendo el consumo", sentenció.

 

El aumento en la tasa de interés adoptado por Banxico es, dice, un reflejo de la política monetaria de Estados Unidos, pues la Reserva Federal también ha apostado por elevarla. Eso, señala, muy difícilmente se revertirá para este año.

 

El Banco de México cerró el 2022 con la decisión de elevar la tasa de interés de referencia a un nuevo máximo histórico de 10.50 %, para contener la inflación, al subir el indicador 50 puntos base en diciembre pasado.

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