El fentanilo es una de las drogas sintéticas que actualmente tiene una mayor distribución en los Estados Unidos, de ahí que se haya convertido uno de los temas principales que abordó el presidente Joe Biden durante su visita a México.
Cárteles mexicanos son los principales exportadores de opioides desde México hacia los Estados Unidos, por lo que el tema del combate contra la delincuencia organizada se ha vuelto central para la Unión Americana.
De acuerdo con el gobierno estadounidense, el fentanilo ha cobrado la vida de 100,000 gringos, principalmente por el consumo altamente adictivo y que generalmente lleva a sus consumidores a quedar expuestos a una sobredosis, aunque también se contabilizan las víctimas por el tráfico de drogas en las calles.
El fentanilo es una de las drogas más adictivas que hay en la actualidad y su poder se agrava debido a que constantemente es consumida junto con otras sustancias como la heroína o cocaína, lo cual maximiza sus efectos negativos sobre la salud.
El fentanilo como un químico fue concebido para fines farmacéuticos, ya que es hasta 100 veces más fuerte que la morfina y puede ayudar a algunos pacientes con enfermedades altamente dolorosas a sobrellevar un tratamiento.
Es la potencia de este químico lo que lo ha llevado a colocarse como uno de los opioides sintéticos más consumidos y que por ello está relacionado a un mayor número de casos de sobredosis, pues actualmente el 60% de las muertes por esta causa está relacionado al fentanilo.
El fentanilo farmacéutico se administra principalmente a través de inyecciones o pastillas que se disuelven en la boca, mientras que el ilegal se vende principalmente en polvo o en gotas diluidas en papel secante.
Generalmente, el fentanilo ayuda a que drogas como la heroína, cocaína o la metanfetamina se vuelvan más potentes y tengan efectos más prolongados en los consumidores; sin embargo, esto puede derivar en una sobredosis, ya que no siempre se informa que esta sustancia está mezclada con otra.
Los efectos del fentanilo incluyen no solamente en aliviar los dolores físicos sino también en provocar una felicidad extrema en los consumidores, aunque después sufrirán de aletargamiento, náuseas, confusión, estreñimiento y a largo plazo pueden sufrir problemas respiratorios.
El fentanilo, al igual que otros opioides, es altamente adictivo y el tratamiento para dejarlo puede ser muy largo y riesgoso, pues además debe de brindarse apoyo psicológico para atender por todos lados las necesidades de los consumidores y las crisis en las que se enfrentan.