Un estudio de la universidad de Estocolmo, Suecia, hizo un seguimiento sobre los hábitos de procrastinación en 3,525 jóvenes universitarios para conocer si esta práctica tiene repercusiones en su salud física y mental.
En los jóvenes, un problema común es su organización. Entre tareas, proyectos y actividades sociales, muchas veces se puede caer en el hábito de procrastinar, es decir, postergar algunas de sus responsabilidades para otro momento.
Este estudio determinó que quienes recaen más en este hábito están asociados a tener una salud mental deteriorada, mal sueño y dolor en extremidades.
“Yo digo que sí perjudica a lo largo a las personas”, comenta para Imagen Poblana Raúl Rodríguez, quien recientemente terminó su carrera de Tecnologías de la Información en el Instituto Tecnológico de Puebla (ITP). Él considera que la procrastinación puede generar problemas principalmente cuando ingresas al mundo laboral, pues es ahí cuando tienes que ser más organizado para llevar a cabo tus labores y no tener problemas en el futuro.
Al interrogarlo sobre las posibles consecuencias en la salud física y mental, Raúl cree que es verdadero, pues “tienes que tener un orden en tu día, cuando las cosas se te llegan a juntar puedes tener mucha presión”.
Por su parte, Marco Antonio Tepox Gutiérrez, estudiante de ingeniería industrial del mismo ITP, resaltó la importancia de la institución para apoyar a los estudiantes a que sean organizados con sus deberes. “Aquí en esta escuela nos dan pasos para planear nuestras cosas y tener en cuenta los objetivos que tenemos y nuestras metas”, comentó Antonio.
Para él también es primordial que como estudiante se salga de la zona de confort para ser más organizados en sus labores.
Ve en sus compañeros que este hábito se repite y hace que su desarrollo como estudiantes se vea entorpecido “como lo dejan hasta el último, no les sale nada”, argumenta.
El seguimiento del equipo sueco se hizo por un periodo de nueve meses, con estudiantes de ocho universidades.
Las conclusiones sugieren que, en efecto, los universitarios que postergan más sus responsabilidades tienen más probabilidades de desarrollar problemas con su salud mental, dolores incapacitantes y un estilo de vida poco saludable que incluye una mala alimentación y hábitos de sueño nocivos.
