La influenza es una enfermedad grave que puede afectar a personas de todas las edades. Aunque a menudo se confunde con un resfriado común, es una enfermedad mucho más agresiva y puede causar complicaciones como neumonía, bronquitis y enfermedades cardíacas.
La vacuna contra la influenza es una forma de protegerse a uno mismo y a los demás contra esta enfermedad. En México, se ofrecen estas vacunas por dos vías: a través de las clínicas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y las que se venden en las farmacias y centros de salud privados. Aquí te contamos cuáles son las diferencias entre ambas opciones y la atención que bridan en los centros de salud mencionados.
IMSS
En las unidades de medicina familiar del IMSS, se otorga esta vacuna totalmente gratuita para todos los derechohabientes. Se prioriza a grupos de menores de 5 años, de 5 a 59 años con comorbilidades, 60 años y más, embarazadas y personal por la salud.
El tiempo de espera pueda variar dependiendo del flujo de solicitantes. Hay lapsos de espera que van desde los 10 hasta los 40 minutos, si hay mucha gente en la fila de clínicas del IMSS.
El servicio que ofrece el IMSS también abarca una revisión médica que consiste en checar peso, toma de presión arterial, entrega de condones y cepillos dentales y actualización de otras vacunas como el neumococo, en caso de ser necesarias.
La demora en este servicio también se debe a que el personal encargado de hacer este chequeo y administrar la vacuna tiene que cumplir con un protocolo de higiene, como el lavado de manos y desinfección entre cada persona a la que se vacuna, así como la preparación del instrumental necesario como jeringas nuevas.
Las clínicas del IMSS aún respetan las normas contra el covid-19, por lo que es obligatorio el uso de cubrebocas para tener acceso a estos nosocomios. La aplicación del fármaco se hace desde el pasado 3 de octubre y estará disponible hasta el 31 de marzo del 2023.
Farmacias privadas
En farmacias y hospitales privados, se aplican de manera más directa. Su costo puede variar dependiendo del establecimiento y la marca del biológico. En algunos lugares se encuentra desde de los 500 pesos y en otros llega a costar hasta 850 pesos por dosis.
Los trabajadores de salud encargados de administrar tienen que seguir el protocolo de higiene, desinfectando sus manos y material. También se encargan de mostrar directamente a la gente las agujas nuevas y limpias, así como la correcta aplicación del medicamento en la jeringa.
Debido a que se aplican de manera particular, los encargados de inocular lo hacen de manera más rápida, aliviando eficazmente el flujo de gente.
A pesar de esto, hay que recordar que la vacuna no garantiza una protección del 100%, por lo que es importante que sea un plan de atención médica anual.