“A plena luz”, cruda crónica de la corrupción y el encubrimiento

“A plena luz”, cruda crónica de la corrupción y el encubrimiento

Foto: Netflix

En el entorno sociopolítico del país, existen personajes poderosos que tienen tal impacto (positivo o negativo), que pueden incidir en situaciones inverosímiles y hasta devastadoras. Un asesinato múltiple en un departamento de la colonia Narvarte de la Ciudad de México, es el espacio donde convergen un cúmulo de situaciones vergonzosas y repugnantes, que ciertamente tienen diversas líneas de investigación, pero que por encima de todas vinculan al gobierno de Veracruz, encabezado en ese tiempo por Javier Duarte y su jefe de policía, Arturo Bermúdez Zurita…

 

Este es el argumento que lleva a buen puerto al filme, “A plena luz”, un documental crudo y lleno de evidencia inevitable, pero cuyo ritmo permite al espectador inmiscuirse en una historia periodística de revanchismo político y emociones encontradas de parte de los familiares y conocidos de los protagonistas finados, que, por cierto, dirige Alberto Arnaut.

 

El caso indaga en el homicidio de 5 personas, cada cual con historias muy particulares que en apariencia destrozan la hipótesis de la Fiscalía que apuntaba a crímenes por narcotráfico, teoría que, según la investigación del documentalista, se ve truncada por las amenazas que en vida recibió el fotoperiodista Rubén Espinosa y la activista Nadia Vera durante su crítica labor al trabajo del gobierno veracruzano, afirmaciones de las que se muestran evidencias y testimonios.

 

Otras líneas de investigación, que trascienden la propuesta por las autoridades, apuntan a la trata de personas, porque dos de las mujeres asesinadas en la vivienda de la colonia Narvarte en 2015, Yesenia Quiroz y la colombiana, Mile Martín, quienes, de acuerdo con las autoridades encabezadas en aquel momento por Miguel Ángel Mancera, se dedicaban al sexo servicio. Finalmente, Alejandra Negrete, empleada doméstica, que también se encontraba en el departamento y también fue asesinada.

 

 

En suma, encontramos en “A plena luz” una crónica de corrupción evidente que se refleja en encubrimientos y desacreditaciones, que ciertamente se sufre al verla, pero que puede ser un diagnóstico social irrefutable.

 

Se trata de una cinta sumamente recomendable que le invito a padecer y asimilar, pues los documentales modernos se han convertido en un arma poderosa de la denuncia social.

 

Vale comentar que está disponible en la plataforma de Netflix para deleite de cualquiera, aunque no es recomendable para menores de edad.

 

Sólo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita. Para dudas, comentarios o sugerencias

 

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