La empresa Ticketmaster aseguró que los problemas de acceso a los conciertos de Bad Bunny en la Ciudad de México no se debieron a una sobreventa de entradas en el Estadio Azteca, en momentos en que las autoridades mexicanas amenazan con imponer multas millonarias a la compañía trasnacional de venta de boletos.
La boletera más importante del planeta enfrenta una nueva polémica, luego de que el pasado 9 de diciembre, en la primera fecha del cantante puertorriqueño en la capital mexicana, se reportaran miles de casos de boletos falsos y clonados, lo cual provocó enojo y frustración entre los asistentes, que se quedaron sin ver a su artista favorito, uno de los más escuchados del mundo, según datos de Spotify.
Miles de usuarios denunciaron en redes sociales que no pudieron entrar al concierto porque el personal de la entrada les decía que su boleto había sido falsificado. La cantidad de gente congregada a las afueras del Coloso de Santa Úrsula obligó a los organizadores a cerrar por completo los accesos, lo que enardeció aún más los ánimos.
En algunos videos difundidos en redes sociales, se aprecia al Estadio Azteca con zonas semivacías. Cientos de personas debieron escuchar el show de Bad Bunny desde afuera e incluso se reportaron algunos altercados con la policía local.
En un primer comunicado, Ticketmaster afirmó que sus sistemas fallaron ante un inaudito número de boletos falsos, y se comprometió a hacer el reembolso correspondiente a quienes compraron boletos auténticos y padecieron problemas a la entrada. Algunos asistentes acusaron en redes y en medios locales que el personal de seguridad del recinto les quitaba sus boletos y se los rompía.
Ante esta situación, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) abrió una investigación por presunta sobreventa de boletos en contra de la compañía de origen estadounidense. El titular de la dependencia, Ricardo Sheffield, invitó a los afectados a sumarse a una demanda colectiva contra Ticketmaster.
La Profeco recordó que la empresa está obligada a devolver el 100% del costo del boleto, más una compensación no menor al 20%, acorde con el artículo 92 Bis de la Ley Federal de Protección al Consumidor.
Al día siguiente, en la segunda fecha de Bad Bunny, los problemas por clonación de boletos disminuyeron significativamente, pero aún hubo algunos casos. Además, la Profeco desplegó un operativo especial que derivó en la detención de 25 revendedores.
Pese al éxito del segundo concierto, las críticas contra Ticketmaster no pararon, por lo que la empresa se vio obligada a emitir un segundo comunicado en el que negó que existiera "sobrecupo alguno ni sobreventas de boletos".
Asimismo, insistió en que parte de los problemas del 9 de diciembre se debieron a "una cantidad sin precedentes de boletos falsos", lo que saturó su sistema de escaneo de boletos, razón por la cual no se pudo "reconocer por algunos momentos la identificación de boletos legítimos".
En ninguno de los pronunciamientos la firma dio indicios de que reforzará su sistema de escaneo o si cambiará la modalidad de venta para evitar falsificaciones.
Esta es la segunda ocasión en el año en que Ticketmaster México es señalada por problemas con la venta de boletos. En agosto, la firma enfrentó varios señalamientos luego de que la influencer Miroslava Valdovinos puso a la venta más de 100 boletos físicos para el festival Corona Capital, a pesar de que el sistema de compras permite un número limitado de boletos por transacción.
En su momento, Ticketmaster negó cualquier relación con la influencer, quien dijo tener contacto directo con los organizadores. Asimismo, anunció que demandaría a Valdovinos por la reventa de boletos.
Hasta la fecha, la compañía no ha aclarado cómo es que una persona tenía más de 100 boletos impresos.