Sin duda, el “caballo negro” del Mundial de Qatar 2022 es la Selección Nacional de Marruecos, oncena que está en la antesala de jugar su primera final de Copa del Mundo y se coloca como el primer representativo de África en semifinales de un Mundial.
La alegría que hoy en día se vive en Marruecos por el éxito de esta selección se puede tomar como un respiro para la severa crisis que se vive en esta nación africana, que no solo tiene graves conflictos económicos, sino también sociales y políticos.
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La situación que vive Marruecos internamente da pie a una severa crítica a la Selección Nacional de México, pues con muchos menos problemas sociales que los que tiene la nación africana, hizo un ridículo monumental en la Copa del Mundo.
Marruecos actualmente vive momentos convulsos, cargados de incertidumbre, desgobierno y graves enfrentamientos entre las diferentes facciones y familias del Majzén, término usado para referirse a la élite dirigente del país, agrupada alrededor del rey y formada por miembros de su familia y allegados.
Como en muchas naciones africanas, los terratenientes, hombres de negocios, líderes tribales, altos mandos militares y otras personas influyentes que constituyen el poder fáctico, han pisoteado a la sociedad civil, generando condiciones muy graves de marginación.
Marruecos es hoy en día uno de los países más endeudados del mundo, pues su deuda actual supera el 85 % de su Producto Interno Bruto (PIB) y alcanza los 2,500 euros per cápita, dejando ver que el desplome de la economía marroquí es inevitable.
Esta nación está a nada de un estallido social y hablar de apoyo al deporte es algo hasta irrisorio, pues no hay planes que fomenten actividades físicas, mucho menos si son profesionales, como es el caso del futbol.
La Selección de Marruecos llegó hasta la semifinal del Mundial por amor propio, pues los jugadores se han puesto a cuestas la responsabilidad de dar una alegría a sus familias y a su pueblo. Incluso, hay jugadores que ni siquiera cobran por ir a su representativo nacional y otros donan las ganancias a familias en crisis.
Mientras tanto, en México se vive cierta estabilidad dentro de la inestabilidad que siempre se ve en nuestra nación y al futbolista se le trata con pinzas, sobre todo a los seleccionados nacionales, colocándolos como personalidades intocables en todos los aspectos.
Si bien es cierto que en México también se vive una crisis económica, social y política, esta no alcanza los niveles que tiene Marruecos, por lo que los futbolistas profesionales mexicanos no tienen pretexto alguno para no rendir al más alto nivel.
Contrario a lo que sucede con la Selección de Marruecos, los jugadores mexicanos están muy acostumbrados a recibir primas económicas jugosas al llegar a la selección nacional, premios que muchas veces no van de la mano con su desempeño en la cancha, que es lo que sigue de ridículo.