El concierto de Bad Bunny, uno de los que mayor expectativa generó en México en el último año, exhibió nuevamente a Ticketmaster, una boletera que, a pesar de recibir constantes quejas, tiene garantizada la venta de boletos para los principales espectáculos.
Aunque en México hay varias empresas que se dedican a la venta de boletos para espectáculos musicales, culturales y deportivos, lo cierto es que Ticketmaster tiene el control del 65% de este mercado.
La empresa constantemente recibe quejas por los fallos en la venta en línea para espectáculos de gran demanda, la sobreventa y por crear condiciones que favorecen al incremento de los precios en reventa.
Sobre el caso más reciente de la supuesta clonación de entradas para el concierto de Bad Bunny en el Estadio Azteca, la empresa aseguró que reembolsaría a los compradores de boletos legítimos que no hayan podido acceder al concierto de Bad Bunny, sin aclarar el verdadero problema: la venta de estos tickets en sitios oficiales.
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Por su parte, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) llamó a los clientes afectados a sumarse a una denuncia colectiva por la cancelación unilateral de sus boletos, pero hay que recordar que esta dependencia no tiene las facultades para sancionar y solamente es mediadora.
Ticketmaster es una empresa subsidiaria de Operadora de Centros de Espectáculos S.A. de C.V. (OCESA), la cual a su vez es subsidiaria de CIE (Corporativo Interamericano de Espectáculos), dicha empresa cuenta con permisos y concesiones que le garantizan la primicia para poder encargarse de la venta de boletos en varias alcaldías de la Ciudad de México donde se encuentran los principales centros de espectáculos cómo el Auditorio Nacional, el Estadio Azteca, el autódromo Hermanos Rodríguez, entre otros.
La concesión que tiene actualmente Ticketmaster vence en el año 2031 por lo que a pesar de las múltiples quejas que pueda acumular, no perderá la oportunidad de hacerse cargo de futuros eventos deportivos, culturales y musicales.
En Puebla, por ejemplo, una de las empresas más grandes que se encarga de la venta de boletos no es precisamente Ticketmaster sino Superboletos, la cual sí ha tenido quejas, pero nunca al nivel de la subsidiaria de OCESA.