Una mujer de 32 años que es fanática de las modificaciones corporales, es decir, alteración a través de cirugía, implantes o tatuajes de las distintas partes del cuerpo con fines estéticos, está a punto de perder la vista luego de tatuarse los globos oculares en 2020.
Se trata de Anaya Peterson, quien se tatuó el ojo derecho de color lila en julio de 2020 y, a pesar de sufrir dolores de cabeza y ojos secos durante el "proceso de curación", decidió tatuarse también el ojo izquierdo, solo cinco meses después, de color azul turquesa.
El problema llegó tiempo después, cuando sus ojos se hincharon repentinamente, al igual que sus párpados, por lo que tuvo que someterse a una cirugía ocular para salvarle la vista. La mujer tiene un alto riesgo de desarrollar glaucoma, pérdida de visión actual y pérdida de visión progresiva.
"Ya no tengo una visión 20/20. Desde la distancia, no puedo ver las características de las caras. Si no tuviera mis globos oculares tatuados, no tendría este problema. Incluso hoy me desperté con más moscas volantes en los ojos", comentó Peterson sobre algunas manchas que aparecen en su vista a raíz de determinadas lesiones oculares.
Debido a que los tatuajes en los ojos son irreversibles, la mujer ha dicho a través de su cuenta de Instagram que ya ha asumido que se quedará ciega a los 60 o 70 años, si es que no ocurre antes.