El expresidente de Perú, Pedro Castillo, llamó el miércoles a la oficina de la Presidencia de México para solicitar asilo, sin embargo fue detenido antes de llegar a la legación, dijo este jueves el presidente Andrés Manuel López Obrador.
"Habló aquí a la oficina, para que me avisaran de que iba hacia la Embajada (mexicana), pero seguramente ya tenían intervenido su teléfono, y que iba a solicitar el asilo, que si le abrían la puerta de la Embajada (…); pero al poco tiempo tomaron la embajada con policías y también con ciudadanos, rodearon la embajada y él ni siquiera pudo salir, lo detuvieron de inmediato", relató el jefe de Estado en conferencia de prensa.
El gobernante relató que le informó al canciller Marcelo Ebrard para que se comunicara con el embajador mexicano en Perú, Pablo Monroy.
"Le dije (al canciller) que hablara con el embajador y que le abrieran la puerta de la Embajada, con apego a nuestra tradición de asilo", prosiguió el mandatario.
Expresó además su pedido para que "se le respeten sus derechos humanos (a Castillo), que se actúe con legalidad verdadera, que se proteja a su familia".
López Obrador planteó que eventos similares a los ocurridos en Perú se han presentado antes en Brasil y Argentina, aludiendo a los procesos sobre casos de corrupción vinculados al presidente electo Luiz Inacio Lula da Silva y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, respectivamente.
"Es importante recoger la lección, porque esto se está aplicando en distintas partes, son golpes blandos, ya no es la intervención militar, es ir con el control de los medios de información que manejan los oligarcas de los países", señaló el gobernante.
Sostuvo además que mediante esas acciones se busca "ir socavando a las autoridades legal y legítimamente constituidas, más si se trata de gente sufrida del pueblo, o que quiere hacer algo en beneficio del pueblo y no pertenece a las élites", como el caso de Castillo.
López Obrador afirmó que "esto pasó en Brasil, acaba de pasar en Argentina, ahora es Perú".
El mandatario norteamericano sostiene que los sectores dominantes implementan "campañas de desprestigio, magnificando errores que se cometen".
López Obrador considera que los medios de comunicación se comportan como "instrumentos para manipular y justificar actos contrarios a la democracia".
Subrayó que "si se respeta al pueblo y se ayuda al pueblo, se cuenta con el pueblo, y se tiene siempre una base social para sostener a un Gobierno que busca cambios, que busca la transformación".
El miércoles, Castillo anunció en un mensaje televisado en cadena nacional la disolución del Congreso y el establecimiento de un "gobierno de excepción".
La medida fue rechazada por gran parte de su gabinete, así como por las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, entre otras instituciones políticas locales.
Asimismo, el Congreso celebró la sesión que estaba prevista para el miércoles para tratar la destitución de Castillo y por abrumadora mayoría votó a favor de poner fin a su Gobierno.
Tras la votación del Congreso, fue la vicepresidenta Dina Boluarte quien asumió como jefa de Estado, convirtiéndose en la primera mujer en Perú en ostentar ese cargo.
Castillo, en tanto, abandonó el Palacio de Gobierno (sede del Ejecutivo) y fue detenido en la prefectura policial en Lima.
La disolución del Congreso está prevista en la Constitución peruana solo en caso de que el parlamento censure o niegue la confianza al mandatario en dos oportunidades; según el Tribunal Constitucional de Perú, esto no habría ocurrido, pese a que Castillo sostiene lo contrario.