El almacenamiento de gas natural en México es de 2.4 días en tres instalaciones, según datos del Instituto Mexicano para la Competencia (IMCO). Las cifras mexicanas se encuentran por debajo de países como Austria, Francia e Italia, los cuales tienen capacidad de 318.3, 98.8 y 93.8 días respectivamente.
De acuerdo con IMCO, la falta de infraestructura en el almacenamiento de gas natural representa uno de los principales riesgos de seguridad energéticas. Además, el carecer de medios para tener un inventario se agudiza por los cambios abruptos en la oferta y demanda del combustible.
Existen cuatro tecnologías para el almacenamiento de gas natural, siendo los yacimientos de hidrocarburos agotados o económicamente inviables y cavernas salinas. Asimismo, se cuenta con acuíferos confinados y tanques de gas natural licuado (GNL).
Los GNL no son la forma más eficiente de realizar un almacén, pues se usan principalmente para importar el combustible. En el país solo hay tres instalaciones de GNL, en Altamira, Tamaulipas; Ensenada, Baja California; y Manzanillo, Colima.
Para México, el gas natural es un combustible clave para generar energía eléctrica y para la realización de actividades industriales. Por ello, no tener acceso suficiente y precios competitivos afecta la economía del país.
En 2018 se publicó la Política pública en materia de almacenamiento de gas natural para aumentar gradualmente la capacidad de almacenamiento del país y llegar hasta los cinco días. Sin embargo, IMCO señaló que no ha habido continuidad y las licitaciones han sido suspendidas.
Según datos de la Secretaría de Energía, el costo de las instalaciones de almacenamiento estratégico de gas necesario para cumplir las metas planteadas en 2018 sería de entre 428.3 y dos mil 494.9 millones de dólares.
La Unión Europea cuenta con 18 países con instalaciones de almacenamiento de gas natural. Solamente nueve estados miembros no tienen un acopio, lo cual representa menos del cinco por ciento de la demanda del gas en la región. Con su nueva regulación, estos países deberán de contar con inventarios equivalentes al 15% de su consumo en las instalaciones de otros países de la UE.
Por lo anterior, IMCO solicitó realizar un estudio sobre el potencial de los yacimientos agotados en el país. Estos deberán de tomar en cuenta su ubicación, accesibilidad e infraestructura existente, así como realizar un análisis de costo-beneficio de dicha tecnología.