La selección croata empató sin goles este jueves ante Bélgica y avanzó a los octavos de final de la Copa Mundial de Fútbol de Catar 2022, como segunda de Marruecos por el Grupo F, y se medirá en la ronda siguiente con el ganador del Grupo E.
Luego de un primer tiempo gris, en el cual ambas selecciones midieron sus fuerzas sin arriesgar mucho, la vuelta de los vestuarios fue explosiva y tanto una escuadra como la otra arriesgaron en busca de una victoria que clasificaría a Bélgica como segunda y a Croacia como primera.
Sin embargo, el empate 0-0 dejó a los croatas con cinco puntos, a dos de los marroquíes, que terminaron por llevarse la victoria por 2-1 ante Canadá.
Luego de un inicio tranquilo, al expirar el minuto 12, Yannick Carrasco fue demasiado individualista y desaprovechó una buena oportunidad de dejar solo a un compañero frente al arco y prefirió disparar él, aunque solo consiguió un corner. Dos minutos después, Bélgica salió al contragolpe y Kevin de Bruyne dejó solo a Dries Mertens frente al arco, pero el golpeo del jugador del Galatasaray se fue por encima del travesaño, incluso desviado.
Un minuto después, el propio Carrasco cometió penalti sobre Andrej Kramaric, y el veteranísimo Luka Modric estaba listo para cobrarlo, pero el VAR llamó al árbitro, que anuló la acción por un fuera de juego milimétrico, pero fuera de juego al fin. El partido, tras 20 minutos, pintaba para Croacia.
A los 32 minutos, Kramaric tuvo una nueva oportunidad, pero su cabezazo se marchó por encima del travesaño, y entre una escaramuza y otra, en el 40 tuvo una buena oportunidad Bélgica, cuando el balón, lanzado por Mertens, se paseó frente al arco defendido por Dominik Livakovic, pero no apareció ningún belga para empujarla.
En el último minuto del tiempo reglamentario, Borna Sosa pegó un zapatazo desde lejos que pasó alto por encima de la portería de Courtois. Y el árbitro agregó cuatro minutos sin que pasara nada más en el campo, aunque Eden Hazard y Romelu Lukaku iniciaban su calentamiento, como un indicio claro de que saldrían a principios de la segunda mitad.
A estas alturas, con la victoria parcial de Marruecos, Croacia clasificaba como segunda del grupo y Bélgica se quedaba fuera. El Mundial de Catar daba otra sorpresa, pero aún faltaban 45 minutos para decidir la suerte del Grupo F.
Al regreso de los vestuarios, el entrenador belga, Roberto Martínez, le dio entrada a Lukaku por Mertens, y justo desde su ingreso a la cancha, el jugador del Inter de Milán comenzó a generar problemas para la zaga croata, más que todos los que creó Bélgica en toda la primera parte.
Croacia no se achicó y pudo adelantarse por intermedio de Mateo Kovacic, pero su disparo desde dentro de área se tropezó con Courtois, quien mandó la pelota a corner. Unos minutos después, el arquero belga tuvo que sacar otros dos balones, de Marcelo Brozovic y Modric, en medio de un asedio total de los balcánicos.
Un cuarto de hora después del descanso, Martínez le dio entrada a un Hazard, pero no a Eden, sino a su hermano Thorgan por Leandro Trossard, y Bélgica tomó un segundo aire: Carrasco disparó al centro y el rebote del arquero cayó en los pies de Lukaku, que mandó su zapatazo al palo derecho.
Desde que entró Lukaku, Bélgica fue un equipo diferente. Llegó más a la portería rival, aunque también sufrió más en defensa. Incluso, subió sus líneas, como señal de que pelearía hasta el último minuto por avanzar a octavos de final, en un partido que dejaría fuera a uno de los dos ocupantes del podio en Rusia 2018, donde los croatas fueron segundos y los belgas terceros.
Bélgica seguía acechando a Croacia, en los mejores minutos que jugó en el Mundial, pero Croacia tampoco se achicaba y buscaba un gol que lo convertiría en líder de grupo. Y al final, cuando faltaban cinco minutos para el final, el seleccionador belga mandó a la cancha a Eden Hazard. Era la última bala de Bélgica y también la última del jugador del Real Madrid para intentar recuperar protagonismo.
Justo antes, a Lukaku le llegó un balón dentro del área chica, pero este rebotó en sus piernas y se fue lamiendo el palo. Se salvó Croacia y volvió a hacerlo casi al final del tiempo reglamentario, cuando el propio Lulaku no recepcionó bien, con el pecho, una pelota, con el arquero croata vencido. Fue la mejor oportunidad del partido.
Aún tuvo otra oportunidad clarísima el atacante del Inter de Milán, pero la defensa balcánica sacó la pelota en el último instante. Tras esto, Bélgica dijo adiós a Catar y Croacia siguió su camino.