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El pasado 30 de octubre Luiz Inácio Lula da Silva se convirtió en el presidente electo de Brasil, representando al Partido de los Trabajadores (PT). Se prevé que Lula asuma la presidencia de ese país el 1 de enero de 2023, sin embargo, tres jefes militares dejarán sus puestos antes de que esto pase.
De acuerdo información recuperada por el medio argentino Clarín, del diario brasileño Folha de Sao Paulo, los jefes militares no esperaran la instauración del nuevo gobierno. Se menciona que esta decisión se acordó entre el presidente saliente Jair Bolsonaro y los comandantes de las tres fuerzas armadas de Brasil.
Los militares Marco Antônio Freire Gomes, a cargo del Ejército; el brigadier Carlos de Almeida Baptista Junior, de la Aviación. Así como el almirante Almir Garnier, de la Marina decidieron dejar sus puestos a fines de diciembre.
Clarín menciona que, según algunos analistas, "la molestia en el sector militar se debe a la pérdida de beneficios con el cambio de gobierno". Pues en la administración de Bolsonaro los generales recibieron hasta 75 mil dólares más en un año. Lo anterior debido a un decreto firmado por el presidente saliente, el cual permitió la acumulación de salarios y pensiones por encima del techo del gasto público.
Dos exministros de Defensa calificaron la medida de los comandantes militares como "un gesto de insubordinación" hacia las nuevas autoridades, citó Folha. Mientras que para otras fuentes, la noticia es una ventaja para la transición del nuevo gobierno en la designación de nuevos jefes, menciona el medio argentino.
Debido a la renuncia de los jefes militares, Lula debió acelerar el nombramiento del nuevo jefe de esa cartera. Se trata del exdiputado y exministro del Tribunal de Cuentas Federal, José Múcio Monteiro.
Múcio participó en una primera reunión este lunes 28 de noviembre, informa el medio brasileño, pero su designación se concretaría la semana entrante y deberá acelerar la elección de los nuevos comandantes.
