La Comisión Disciplinaria de la FIFA anunció que abrió un expediente a la Asociación Mexicana de Futbol por los cánticos que los aficionados hicieron durante el partido ante Polonia. El procedimiento se ha llevado a cabo en función del artículo 13 del Código Disciplinario de la FIFA, que se refiere a la discriminación.
De acuerdo con el informe, los hechos ocurrieron cerca del minuto 26, luego de que el portero polaco Wojciech Szczesny se preparara para hacer un saque de meta. Presuntamente, un pequeño sector del público amagó con dar el famoso grito, pero fue aún más reducido el grupo que realmente completó la acción.
Este es el segundo expediente abierto en lo que va del Mundial, tras el que se elaboró contra Ecuador, por el mismo motivo, pero durante el partido inaugural frente a la selección local. De momento, FIFA no ha dado un veredicto final sobre las posibles consecuencias hacia los responsables por este tipo de acciones.
“En caso de que se produzcan incidentes discriminatorios durante la Copa Mundial de la FIFA, la FIFA se ocupará de ellos basándose en el Código Disciplinario y en consonancia con su política de tolerancia cero contra toda forma de discriminación”, señaló el organismo, dejando dudas sobre las represalias tanto para los aficionados como para las selecciones.
Esta no es la primera vez que México está involucrado en este tipo de polémicas, pues en realidad, el país fue cuna del polémico grito que se extendió durante las canchas del mundo. Esta acción homofóbica nació en 2003, durante un duelo entre Chivas y Atlas, donde los aficionados gritaron en contra del portero Oswaldo Sánchez.
Luego de que el grito fuera tomando fama dentro de la liga mexicana, los aficionados decidieron trasladarlos a los partidos del Tri, algo que le ha costado varias multas a la federación. La FIFA ha tratado de eliminar esta práctica, pero no ha tenido mucho éxito.
En el pasado Mundial de Rusia 2018, se comenzó a tomar medidas más drásticas, pues aquellos que llevaran a cabo el grito estarían obligados a abandonar el inmueble y quedarían vetados del torneo, lo que ayudó bastante para que las aficiones pensaran dos veces antes de increpar a los porteros.