Es cierto que desde hace mucho la representación nacional era una falsificación.
Diputados y senadores al Congreso de la Unión encarnaban en su mayoría a las cúpulas partidistas del PRI, del PAN, una que otra del PRD y de las organizaciones partidarias satélites de las mayorías camerales…
… a las cabezas de los grupos empresariales y las de los cacicazgos en las organizaciones sindicales…
… por lo que, en consecuencia, defendían los intereses políticos y económicos de esos grupos.
Hoy las Cámaras federales, dominadas por mayorías cuatroteras, son un tanto cuanto más auténticas de esa representación nacional.
Ocupan curules y escaños desde la prostituta travesti, el tablajero, el profesor, el tianguista, los liderazgos de pueblos indígenas, no pocos miembros de las mal llamadas clases medias…
… así, los integrantes del Congreso de la Unión hoy efectivamente sí representan lo que en realidad somos como pueblo…
… una mayoría que es analfabeta funcional, que apenas sabe leer y escribir sin faltas de ortografía…
… fanatizada por las diversas religiones o hasta en torno a figuras carismáticas que bien pueden ser actores, cantantes, grupos musicales y, claro, apasionados también por el político que en cada turno sexenal ocupe el poder…
… grandes capas de la población con padecimientos crónicos prácticamente desde el nacimiento por las condiciones de insalubridad, pobreza y ausencia de los más elementales servicios públicos como son el agua potable y el drenaje…
… una mayoría que carece del vocabulario suficiente para expresar sus estados de ánimo, sus emociones, que no lee libros y ya ni siquiera periódicos ni revistas, si acaso nada más los titulares de las notas…
… manipulada a través de granjas de bots que alimentan unos y otros, todos, absolutamente todos los que participan en la lucha a veces descarnada por el poder…
… pero ¡de poco o nada sirve esa representación de lo que mayoritariamente y en la realidad somos como Nación!
En Diputados y en Senadores las mayorías votan “sin quitarle ni una coma”, ciegamente, sin razonar y, las más de las veces, sin siquiera haberlas leído,todas las iniciativas presidenciales.
Así fue con el PRI, luego con el PAN y ahora con el Movimiento –no consolidado en partido político-- de Andrés Manuel López Obrador quien prometía ser diferente, quien a cada rato repite el “no somos iguales” …
… pero que ha resultado ¡peor!
No escuchan a quienes dicen representar
El Poder Legislativo en México es y ha sido un apéndice del Ejecutivo.
Una suerte de Oficialía de Partes que recibe y aprueba todo lo que le enviaban desde Los Pinos y ahora lo que les llega desde Palacio Nacional.
Representan al presidente, no a quienes los votaron para llegar a esos encargos.
Y, por consiguiente, aunque sus dizque representados les llamen, les hablen, incluso les griten…
… no escuchan…
… ¡ni nos ven ni nos oyen!, diría El Innombrable…
… un dicho que ya es un clásico.
Y ayer, en marchas verdaderamente multitudinarias que se llevaron a cabo en las principales ciudades de todo el país y aún del extranjero…
… la sociedad les gritó a sus legisladores…
… un rotundo ¡no! a la reforma electoral propuesta por AMLO y mal diseñada por el cada vez más incongruente Pablo Gómez Álvarez y por el precandidato perdedor a la candidatura de Morena por la gubernatura del Estado de México Horacio Duarte Olivares.
Ambos han sido integrantes del Consejo General del INE en diferentes momentos. Han disfrutado de los salarios y prebendas que ahora critican y a las que se oponen, pero también están enterados del funcionamiento, “casi como relojito”, del árbitro electoral en los últimos tiempos.
De nada han servido esas experiencias.
Han sido simples amanuenses de López Obrador al confeccionar una iniciativa de reforma electoral que sólo beneficia al partido que esté en el poder…
… igualito que en aquellos tiempos en los que, cada uno en su oportunidad, se oponían a los diseños y designios del llamado prianismo.
¿Esta vez los legisladores sí escucharán a quienes dicen representar y que ayer les gritaron que no toquen al Instituto Nacional Electoral?
¿O seguirán siendo ciegos, sordos y hasta eunucos esclavos del “caudillo”?
Ya se verá…
Indicios
Por más que cualquier ser pensante quisiera estar del lado de las legítimas ambiciones presidenciales de la señora Claudia Sheinbaum, ¡no’más no se puede! La tarde del sábado tramposamente se sacó de la manga una supuesta contingencia ambiental y decretó, unipersonalmente, sin tomar en cuenta a la instancia institucional responsable que es la CAMe --como se conoce por sus siglas a la Comisión Ambiental de la Megalópolis--, un doble no circula vehicular tratando de impedir la megamarcha a favor de la democracia y del INE. También encendió las fuentes, casi siempre apagadas, de las cercanías del Monumento a la Revolución, cuyos chorros alcanzaban más de dos metros de altura, haciendo imposible que muchos de los miles que se congregaron en esa plaza pudiesen acercarse al templete. Pero como ya todos sabemos cómo es ella –o más bien desconocemos cómo es ella, en realidad--, todo hace suponer que, una de dos, o siguió también ciegamente las órdenes superiores, como siempre lo hace, o actuó así para agradarle al ocupante de Palacio Nacional. * * * Otra: por varias semanas, que pueden ser cuatro o cinco, las alcaldías de CDMX Álvaro Obregón, Azcapotzalco, Benito Juárez, Cuajimalpa, Coyoacán, Cuauhtémoc, Iztacalco, Miguel Hidalgo, Magdalena Contreras, Tlalpan y Venustiano Carranza tendrán escasez de agua. La mayoría de los habitantes de esas demarcaciones votaron en contra de los candidatos de Sheinbaum en el 2021 –también en ellas la tarifa de agua es superior al del resto de las alcaldías cuatroteras-- por lo que hay quienes advierten otro “castigo” de la gobernante en contra de quienes ella considera enemigos y no simples adversarios en el remedo de democracia que padecemos. En Iztapalapa, que es 99% morenista, tampoco habrá suficiente agua… pero ahí eso es habitual, cosa de todos los días. * * * Y el único orador en la Plaza de la Revolución, José Woldenberg, ex consejero presidente del IFE, dijo ante decenas de miles de congregados, entre otras cosas, que las mayorías “decimos no a la destrucción del INE, no a la destrucción de los Institutos locales, no a la destrucción de los tribunales locales, no a la pretensión de alinear a los órganos electorales a la voluntad del gobierno, no al autoritarismo, sí a la democracia, sí a un México democrático". También que estamos obligados a defender a “un sistema electoral que nos cobija todos y que permiten la resistencia de la diversidad y la sustitución de los gobiernos por la vía eficaz y participativa, ese es el México que queremos, un México para todos, un México cuya diversidad cuenta con un formato para su convivencia y competencia". Y sí. Es obligación nuestra. De los legisladores, para empezar. * * * Por hoy es todo. Le agradezco me haya acompañado hasta aquí con la lectura de este texto. Y como siempre, le deseo una feliz semana, ¡buenas gracias y muchos, muchos días!