En las primeras semanas de octubre, una nueva ola de contagios de COVID-19 va creciendo, principalmente en Estados Unidos, donde se han registrado dos nuevas variantes de la cepa ómicron, las cuales llaman la atención por su resistencia a los medicamentos existentes.
Se trata de las subvariantes BQ.1 y BQ.1.1, que no solo son más resistentes, sino también más contagiosas a las anteriores variantes, llamando la atención de los sectores médicos.
De acuerdo con las autoridades en Estados Unidos y algunos países de Europa donde ya se han registrado casos, la peligrosidad de estas dos nuevas variantes recae principalmente en la inmunidad que tienen a medicamentos que se han desarrollado para el covid-19.
Pero con la finalidad de controlar esta nueva ola de contagios, autoridades en Estados Unidos han ordenado una nueva dosis de refuerzo de las vacunas Pfizer y Moderna, esperando que la inoculación pueda detener los contagios.
Cabe señalar que los síntomas generados por esta enfermedad son iguales a las otras cepas; sin embargo, su peligrosidad recae en que no reaccionan de la misma manera con los medicamentos, pues son más resistentes.
¿Qué se está haciendo en México?
Aunque hasta el momento estas subvariantes no se han detectado en México, se espera que ocurra al igual que con las demás cepas y en las próximas semanas puedan estarse dando los primeros casos en el país, esto se daría luego del relajamiento exacerbado de las medidas de seguridad sanitaria.
Por ejemplo, en México ya no es obligatorio el uso de cubrebocas en espacios abiertos, incluso, en algunos espacios cerrados donde se respete la distancia social también está permitido ya no usar mascarilla.
El número de personas que se puede ver por la calle sin cubrebocas ha ido incrementando conforme pasan los días, a lo cual se le debe de sumar el hecho de que no se ha dado una nueva campaña para vacunar a adultos, esto a pesar de que varios sectores de la sociedad de más de 30 años llevan más de seis meses sin recibir una vacuna.
Se prevé que estas nuevas variantes podrían estar llegando a México a finales de octubre y principios de noviembre, muy cerca de la víspera de las fiestas decembrinas y en el marco de la celebración por el Día de Muertos.
Todas las fiestas de fin de año también representan un riesgo social debido a la congregación de personas en un mismo sitio, y las reuniones que se llevan a cabo en espacios cerrados para celebrar Navidad, Posadas, Año Nuevo, entre otras.
