Este sábado, el futbol internacional vivió uno de sus peores momentos con lo sucedido en la Liga de Indonesia, donde 129 personas perdieron la vida en una batalla campal que se desató en el Estadio Kanjuruhan, en el duelo entre East Jarva y Persebaya Surabaya.
Tras el partido, la afición local invadió la cacha y se presentaron escenas de extrema violencia que no pudieron ser evitadas por la policía, dejando una cifra de muertes que debe provocar que se presenten cambios en la seguridad en muchos estadios, además de que se debe guardar luto mundial.
Este es el acto violento en los estadios más importante de los últimos tiempos, pero no es el único y en México hemos vivido de cerca la extrema violencia que surge desde las tribunas y termina impactando en el bienestar de los aficionados al futbol.
Por eso debemos recordar la batalla campal presentada en 2021 en el Estadio Corregidora de Querétaro, donde aficionados del Atlas y de Gallos Blancos se enfrentaron en una batalla que dejó heridos de gravedad y pequeñas sanciones que no han evitado la violencia en los estadios.
Previamente, en 2019, la afición del Querétaro estuvo también envuelta en un hecho de extrema violencia en el duelo entre San Luis y Gallos Blancos, que provocó pánico dentro y fuera del estadio y la cancelación de este partido.
En 2004, el Estadio Azteca fue testigo de un hecho violento bochornoso a nivel internacional, esto en el juego entre América y Sao Caetano de Copa Libertadores, donde terminó eliminado el conjunto mexicano con violencia en la tribuna incluida.
Cuauhtémoc Blanco golpeó al defensor Anderso Lima y eso detonó en una bronca que provocó invasión a la cancha de la barra americanista, que con palos y todo lo que encontraron en su camino pusieron en riesgo a los jugadores rivales.
En 2018, la Final de la Copa Libertadores entre Boca Juniors y River Plate se vio empañada por un enfrentamiento entre las barras de estos equipos en las cercanías del Estadio Monumental, donde fue apedreado el autobús de Boca y esto provocó que el partido fuera suspendido, decidiendo que se jugara en Madrid, lejos de Argentina.
El 24 de septiembre de 2011 en el estadio Monumental de Perú se registró una batalla campal casi al final del partido entre Alianza Lima y Universitario de Deportes, por lo que el encuentro se suspendió al minuto 90 luego de que se registraron más de 90 personas heridas.
En Nuevo León también se desató una trifulca luego de un encuentro entre Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León y los Rayados del Monterrey.
Sin embargo, el partido tuvo que suspenderse debido a que aficionados de ambos equipos de fútbol comenzaron una pelea en las inmediaciones del estadio.