Hoy, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), el compañero presidente, informará a la nación sobre su cuarto año de gobierno. Llega imparable, es el presidente más popular de la historia con más del 58% de aprobación según Consulta Mitofsky; otras casas encuestadoras le dan hasta 70% y a nivel mundial se disputa el máximo sitio con el primer ministro de la India. Pero ¿es su carisma lo que lo tiene tan bien posicionado o son los resultados de su gestión? Aquí algunos datos duros de la economía.
Estamos en una situación atípica de distorsión de la economía mundial resultado de la pandemia de COVID-19 y el confinamiento que muchos gobiernos adoptaron para frenar los contagios. Por ello, el comparativo que hacemos de los indicadores económicos incluye también los indicadores de Estados Unidos, nuestro principal socio comercial y primera potencia económica.
Inflación
AMLO recibe el gobierno en 2018 con una inflación del 4.83% que ya era superior a la meta de Banxico de 3% +/-1%. Estados Unidos registró en ese momento 2.4%. Al mes de julio de este año en México fue de 8.15%, mientras que en Estados Unidos fue de 8.5%. Es decir, la carestía por aumento de precios fue menor en nuestro país, lo que en macroeconomía llamamos una política eficiente.
Tipo de cambio
Otra forma de verificar que el nivel de precios aumentó menos en México que en el resto de los países es a través de comparar el valor de nuestra moneda con otras. Si lo hacemos con el dólar, al inicio del sexenio costaba 20.36 pesos; el día de ayer se cotizó en 20.21, nuestra moneda se ha revaluado 15 centavos. Con respecto al euro, al inicio del sexenio costaba 23.04, ayer costó 20.26, nuestra moneda se revaluó casi 3 pesos. Por lo que es el sexenio con mayor estabilidad en tipos de cambio desde hace más de 40 años.
Salario mínimo
Otra forma de analizar los efectos inflacionarios es a través del poder adquisitivo de los ingresos de las familias; si usamos el salario mínimo como indicador, en lo que va del sexenio el salario pasó de $88.36 a $172.87 diarios; es decir, aumentó 95%. Si comparamos los salarios de la frontera norte el aumento es de 195%. En el mismo lapso de tiempo, el gobierno de Peña Nieto había aumentado el salario 17%. Esto significa que al cuarto año de gobierno del sexenio anterior los salarios habían perdido 2% de poder adquisitivo; en este sexenio han aumentado 75% en términos reales.
Desempleo
En 2018 la tasa de desempleo fue de 3.6% con una población económicamente activa (PEA) de 55 millones de personas; es decir, a pesar de la pandemia se han generado 4.38 millones de puestos de trabajo. Comparado con el sexenio pasado donde la tasa de desempleo pasó de 3.6 a 3.2% con una PEA que pasó de 51.3 a 52.7 millones de personas, significa que se habían generado apenas 1.9 millones de empleos. Esto significa que en este sexenio no sólo aumentó la calidad de empleo (con el aumento salarial), también aumentó la cantidad de empleo. Esto también es importante porque se refutó la hipótesis neoliberal de que aumentar salarios causa desempleo.
Crecimiento Económico
La siguiente gráfica muestra el Producto Interno Bruto (PIB) trimestral a precios constantes, observamos que la caída por la pandemia de COVID-19 fue brutal y representó un retroceso equivalente a 12 años; sin embargo, las políticas económicas implementadas permitieron una rápida recuperación. Se espera que al final de este año hayamos igualado los niveles que se tenían en 2018.
Elaborado con datos de INEGI
Deuda Pública
A pesar de la pandemia, la deuda pública no se ha desbordado, en lo que va del sexenio registra un aumento de 23.6% comparado con el 64.6% del mismo periodo de Peña Nieto. Es decir, se ha contenido 3 veces menos en condiciones adversas, esto es resultado de un manejo responsable de las finanzas públicas, la política de austeridad y el combate a la corrupción.
Inversión Extranjera Directa
Los flujos más altos en la historia del país se registraron en el segundo trimestre de este año con 19.4 mil millones de dólares; mientras que los flujos más altos del sexenio anterior fueron de 14.1 mil millones, lo que significa un crecimiento del 38%, que refleja la confianza de los inversionistas extranjeros, a diferencia de lo que se decía que los capitales se iban a fugar.
También hay que señalar otros aspectos más allá de la macroeconomía como los apoyos a los adultos mayores, a los jóvenes sin oportunidades de empleo y educación, la gratuidad de la educación y los programas de bienestar. Ni hablar de la infraestructura en el sur que permite la generación de empleos y la reducción de las brechas de desigualdad. Con gusto seguimos diciendo, ¡Vas Bien, Andrés!
*Profesor-Investigador Universidad Autónoma del Estado de Quintana Roo
Miembro del Sistema Nacional de Investigadores
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