En los últimos años ha habido un discurso dominante e insistente para fomentar el ahorro a muy largo plazo, específicamente para la cesantía por edad avanzada. Es un fenómeno mundial derivado de la privatización de los sistemas de pensiones que pasaron de un modelo colectivo a uno de cuentas individuales, de modo que, cada quién es responsable de su ahorro y por ende de su pensión.
En México, la ley del IMSS se reformó en 1997 durante el gobierno de Ernesto Zedillo. Se crearon las AFORES (Administradoras de Fondos para el Retiro) que traspasaron millones de dólares de las cuentas del Seguro Social a las cuentas de instituciones privadas, con lo que descapitalizaron al IMSS y aceleraron la debacle que ya presentaba en materia de creación de nuevas plazas, abasto de medicamentos e insumos y ampliación de servicios.
Las AFORES tienen diferentes fondos de inversión llamados SIEFORES que corresponden con la edad de los ahorradores, de modo que los trabajadores con menor edad integran un fondo con mayores riesgos y a medida en que van aumentando la edad, el riesgo disminuye. Los portafolios de inversión se componen principalmente de acciones en la bolsa de valores y bonos del gobierno. Es decir, cumple el mismo papel que cuando el dinero lo administraba el IMSS: financiar al gobierno, sólo que ahora las ganancias se la llevan los capitales privados que le cobran al trabajador comisión por rendimiento y administración, aun cuando los rendimientos sean negativos las AFORES cobran su comisión.
Desde el inicio, se habían proyectado malos resultados si se privatizaban los ahorros de los trabajadores y hubo una dura resistencia por parte del sector obrero que fue reprimida por Zedillo. Los neoliberales se esforzaron demasiado en explicar que los beneficios eran de largo plazo, algunos les creyeron, hoy les llegó el largo plazo a las primeras personas jubiladas con la ley 97, pero no les llegó el dichoso beneficio. Los primeros jubilados tienen una tasa de reemplazo de entre el 25 y 30%. Esto significa que, si una persona tenía un salario de 10 mil pesos al mes, al jubilarse sólo cobrará entre 2,500 y 3,000 pesos.
El problema principal está en los porcentajes de contribución, la parte patronal destina una proporción irrisoria al fondo de ahorro y en el imaginario social pareciera que se trata de una buena voluntad de los empresarios, porque la responsabilidad es individual de cada trabajador. Sin embargo, la patronal es la primera responsable porque se queda con una tasa de ganancia extraordinaria por no remunerar dignamente al trabajador. Recordemos que durante el neoliberalismo la proporción salarios-ganancias pasó de un 60-40 a un 86-14%.
La solución que dieron los neoliberales fue que los trabajadores aportaran con ahorro voluntario para su fondo de pensión. Pero si usted lo está haciendo, debería dejarlo de hacer. La siguiente gráfica muestra las tasas de rendimiento real de la media de las SIEFORES de 2010 a 2019, se observan varios periodos negativos, es decir, en lugar de aumentar, ha disminuido; el ahorro de los trabajadores se está esfumando.
Elaboración propia con datos de CONSAR e INEGI
Esta situación no es exclusiva de nuestro país, ni será algo momentáneo. Uno de los factores que seguirá afectando el rendimiento real de los ahorros es la inflación que en algunos países de Europa ya alcanza los dos dígitos. De hecho, el fondo soberano más grande del mundo, que es el fondo de pensiones de Noruega, perdió 170 mil millones de euros durante el primer semestre de 2022, debido a los bajos rendimientos de activos financieros y la alta inflación.
En momentos inflacionarios lo recomendable es convertir el dinero en bienes. En otras palabras, el dinero está perdiendo valor y no es conveniente conservarlo. Si se desea invertir, no lo haga en fondos financieros que están perdiendo igualmente valor; hágalo en activos reales como bienes raíces, incluso, bienes que en otros momentos no eran recomendables por su alta tasa de depreciación como los automóviles, en este momento si lo son.
¿Hasta cuándo durará este periodo? Es incierto, pero cada vez estamos más seguros que al menos estaremos más allá de un año con tasas de inflación por encima de los objetivos de los bancos centrales del mundo. Ahorrar dinero, en su forma líquida, en este momento es como si se tirara a la basura una parte de él y dado que el periodo será largo, lo que pierda en estos momentos será difícil que lo recupere en el futuro, así que, aunque suene irracional, compre ahora.
*Profesor-Investigador Universidad Autónoma del Estado de Quintana Roo
Miembro del Sistema Nacional de Investigadores
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