No siempre las multitudes tiene la razón, sobre todo cuando se trata de analizar un aspecto artístico como el cine. Esta reflexión me nace por la necesidad de contarle, amigo lector, la mala experiencia que viví al poner mi atención en un filme socorrido en la plataforma de video bajo demanda, Netflix, que se está entre los 10 más vistos en los últimos días, me refiero a “Hipnótico”.
Este thriller de terror dirigido por Suzanne Coote y Matt Angel es una de esas cintas que nos hacen cuestionarnos en donde estuvo la magia para que accediera al Top Ten de largometrajes más vistos en la plataforma, pues no tiene forma (y dirían muchos) ni fondo, es decir, no divierte, ni impacta, al final, ni siquiera entretiene, que es el objetivo último del cine.
La historia nos narra un momento en la vida de Jennifer (interpretada por Kate Siegel), una mujer de mediana edad que, en el proceso de superar una ruptura, decide comenzar a hacer terapia psicológica con el Dr. Collin Meade (Jason O´Mara), especialista en la hipnosis. La intensidad de sus terapias va in crescendo en términos de eventos y situaciones extrañas que en las sesiones se presentan, poniendo en peligro a la paciente y todo cuanto genera su cerebro.
Ciertamente es un argumento sencillo, aunque con grandes posibilidades de trascendencia, pero que se queda en un filme medianito que no cumple ni con las expectativas elementales.
Comencemos por comentar que el argumento deja mucho que desear, volviéndose predecible, en momentos sin sentido y con el uso de muchos elementos que se ver forzada su incursión. Un guion fallido deja ver la posible razón por la que la cinta es tan simplona y poco efectiva.
Las actuaciones, encabezadas por la talentosa Kate Siegel de la mano de una dirección poco atenta a los detalles, nos dejan secuencias débiles que son poco creíbles para el espectador. Para muestra, a penas un pequeño botón: en el filme acontece una pelea que pareciera formar parte de una telenovela, con la coreografía lenta, pesada, con golpes que se muestran más que falsos, incluso el contacto entre los personajes es inexistente.
El largometraje en suma queda a deber en todos los sentidos, una situación atípica para el nivel de producción que se maneja en Hollywood, pues los detalles de producción y realización son manejados con pinzas y el resultado final es siempre o casi siempre notorio y justamente eso no lo va a encontrar en “Hipnótico”, aunque el número de vistas en Netflix nos quiera decir lo contrario.
Sólo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita. Para dudas, comentarios o sugerencias escríbame al correo electrónico trejohector@gmail.com o sígame en mis redes sociales “CinematografoCeroCuatro” en Facebook y “Cinematgrafo04” (sin la “ó”) en Twitter.