El Gobierno de México ha destinado 574.600 millones de pesos (unos 28.730 millones de dólares) en la aplicación de un paquete económico contra la inflación y la carestía acordado con el sector agroindustrial el pasado 4 de mayo, informó este martes el secretario federal de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O.
"Estimamos que, sin este paquete, la inflación habría sido 2,6 puntos porcentuales mayor a lo que es hoy, de 8,16 por ciento; por eso la inflación de México está más baja que en otros países, incluyendo EEUU, que es una gran diferencia porque sin este paquete, y con mayor porcentaje de inflación, lo primero que habría caído fuerte es el consumo de los hogares", dijo el responsable de la finanzas públicas en conferencia de prensa.
El costo del programa representa más de nueve por ciento del presupuesto del Gobierno federal aprobado por el Congreso para 2022, de poco más de 300.000 millones de dólares.
Con esos subsidios, "la canasta básica de 24 productos se ha estabilizado en este periodo en contraste con la canasta del Índice Nacional de Precios al Consumidor" que marca la inflación oficial, detalló el titular de Hacienda.
El paquete gubernamental busca evitar que caiga el consumo de los hogares, porque al bajar esos ingresos "cae el volumen de ventas, cae la recaudación del IVA (Impuesto al valor Agregado) y cae todo el movimiento económico", dijo Ramírez de la O.
Otra consecuencia de los altos precios de alimentos y combustibles es que, al mismo tiempo, para contener la inflación, el Banco de México (central) "tiene que subir más la tasa de interés, que aumenta el monto de la deuda pública, el costo de las hipotecas, tarjetas de crédito y la deuda privada", prosiguió el funcionario.
Además, sin este paquete gubernamental "el salario promedio mensual estaría 12 por ciento debajo del actual, una caída muy fuerte", apuntó.
El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo en la misma conferencia de prensa en el Palacio nacional, sede del Ejecutivo, que "fue acertado destinar un subsidio para que aumentara el precio de las gasolinas".
El 23 de junio pasado, el banco central mexicano decidió por primera vez en sus más de 25 años de autonomía un incremento de 0,75 puntos porcentuales a la tasa de interés interbancaria, y la colocó en 7,75 por ciento para contener la inflación.