Las niñas que viven en zonas marginadas de México han sido las más afectadas por el rezago educativo durante la pandemia del nuevo coronavirus, afirmó la investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), María Teresa Reyes Ruíz.
En entrevista con Xinhua, la especialista en educación dijo que el factor económico fue determinante para continuar con los estudios en todos niveles; sin embargo, en la mayoría de los hogares se registró un descenso en los ingresos familiares o la pérdida de empleo de algún integrante en la emergencia sanitaria.
"Es de suma importancia contar con un recurso económico que garantice condiciones materiales de vida, de existencia, para un desarrollo integral, de lo contrario, las posibilidades de tener una vida digna disminuyen considerablemente", sostuvo.
En México, al igual que en la mayoría de los países, las clases presenciales se detuvieron cerca de dos años para frenar los contagios de la enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19).
Se estableció el programa de televisión "Aprende en casa" y se impartieron clases en línea; sin embargo, los alumnos, en muchas ocasiones, necesitaban de una conexión a internet para estar al tanto de sus materias.
Los estudiantes que contaban con los recursos aprovecharon la tecnología y el acceso a la red para continuar con sus estudios, mientras que los que se encontraban en zonas vulnerables tuvieron que recurrir a la televisión y la radio.
Según cifras del mexicano Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), el rezago educativo en México alcanzó al 19,2 por ciento de la población entre 2018 y 2020.
"Los estados (mexicanos) que presen mayor rezago educativo, curiosamente, son los que también registran mayores niveles de pobreza, como es el caso de Chiapas (sur), Oaxaca (suroeste) y Michoacán (oeste)", puntualizó Reyes.
Estas poblaciones, reiteró, no concluyeron el ciclo educativo debido a la presión económica en la que viven, por lo que algunos de los estudiantes decidieron trabajar y posponer las clases.
Ante este panorama, la experta en Pedagogía advirtió que, si los educandos no logran concluir sus estudios o alcanzan los aprendizajes esperados, tendrán menores posibilidades de generar ingresos para mantener un buen nivel de vida durante su etapa adulta.
"Esta situación de la falta de acceso a la educación provocará desigualdades al momento de buscar un empleo estable y bien remunerado", sostuvo.
La pandemia, continuó la investigadora, puso en clara desventaja a los más necesitados que se encuentran en zonas geográficamente complicadas y no disponen de una red de internet o de dispositivos inteligentes.
"Si los niños no tienen acceso a la educación, más tarde tendrán que acudir a la informalidad, a trabajos poco calificados y, por lo tanto, tendrán distintas carencias", comentó.
Para poder reducir las desigualdades en materia educativa, la especialista recomendó crear estrategias a nivel nacional para garantizar que quienes tengan desventajas las vayan superando y cada vez exista menos rezago en esta población endeble.
"Tendríamos que poner en marcha estrategias eficaces para llevar al alumnado a las aulas, mejorar la infraestructura para enfrentar cualquier enfermedad y crear las condiciones necesarias para que las familias se sientan seguras de mandar a sus hijos a las escuelas", concluyó.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), coinciden en que la pandemia produjo en América Latina un rezago educativo de dos años en promedio.
América Latina es la región del mundo donde los niños faltaron más días a la escuela. (Xinhua)