El municipio de la zona conurbada que peor la está pasando sin duda es Coronango. Sí, esa localidad donde un tal Gerardo Sánchez Aguilar, quien se dice alcalde de este municipio, “trabaja” desde las sombras.
En entregas pasadas hablamos del edil “fantasma” de Coronango, que de acuerdo con fuentes bien informadas ni siquiera se aparece en las oficinas de este ayuntamiento, provocando el coraje de la sociedad de este municipio.
Y es que Coronango se ha convertido en una tierra sin ley donde lo mismo hay asaltos a negocios, desapariciones, balaceras y hasta intentos de abusos sexuales, sin que la autoridad haga algo al respecto.
Es tal el ambiente de inseguridad que se respira en Coronango que el “preso fantasma” está “tamañito” y ha tomado cartas en el asunto… para protegerse a sí mismo.
Sánchez Aguilar fue visto en los últimos días estrenando equipo de protección personal, es decir, ya anda con guaruras y toda la cosa.
Bien por el “fantasmaedil”, no vaya a ser que lo asalten.
En Coronango hay que andarse con cuidado, pues los atracos vienen hasta de aquellos que deben hacer cumplir la ley. Si no me cree, pregúntele a cualquier habitante de la zona o a las personas que deben trabajar en los parques industriales cercanos.
Cada quincena, curiosamente aparecen sobre periférico y Misiones de San Francisco agentes de vialidad que a diestra y siniestra reparten infracciones… aunque algunas veces se presenta “algo” que evita la infracción y deja sonrientes a los agentes.
Ni siquiera en el personal del Ayuntamiento se puede confiar y cómo hacerlo si las unidades del Gobierno de Coronango son tsurus chatarra que ni siquiera placas portan, dando la impresión de ser vehículos propios de delincuentes.
Mientras tanto, el “fantasma” Sánchez Aguilar puede pasear tranquilo, pues su seguridad está garantizada por los guaruras que "felizmente" pagan los habitantes de Coronango.