De “dientes para fuera” se puede tomar la supuesta lucha de la Liga MX contra el COVID-19, colocándose como el ente que menos ha hecho para frenar la pandemia que sigue azotando a México.
La muestra fue la revelación que hizo el jugador de los Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), André-Pierre Gignac, quien señaló que no se ha aplicado ni se aplicará la vacuna contra el coronavirus, motivo por el que no viaja a Estados Unidos para el “Juego de las Estrellas”.
En el país vecino no está permitido el ingreso sin la vacuna, además de que en las ligas profesionales de esta nación es obligatorio que los atletas estén inoculados contra este patógeno.
En Alemania, por poner otro ejemplo, la inyección también es forzosa para los futbolistas que integran la Bundesliga, lo que provocó que algunos jugadores que estaban en contra del antígeno terminaran por vacunarse.
????El jugador del @TigresOficial quedó fuera del Juego de las Estrellas contra la MLS por no tener alguna vacuna para covid-19.⬇️https://t.co/TIVXskApP2
— Imagen Poblana (@ImagenPoblana) July 20, 2022
En cambio, en México ha quedado demostrado que no se está pidiendo a los futbolistas protegerse contra el COVID-19, permitiendo que antivacunas como Gignac jueguen libremente en la liga de uno de los países con más muertes por esta enfermedad.
Lo anterior deja en evidencia que todas esas decisiones que se tomaron previo al reinicio de la liga para evitar casos positivos son solo llamados a misa, pues ningún equipo estaría cumpliendo con las normas.
Si el torneo mexicano pasa por alto que los jugadores estén o no vacunados, qué se puede esperar de las medidas que se deben tomar para evitar contagios en los estadios, donde se ha puesto lo comercial por encima de la salud.
De esta manera, la Liga MX se coloca como el organismo futbolero que menos acciones toma para controlar y evitar infecciones de COVID-19, siendo mal ejemplo para todos los campeonatos del mundo.