En esta semana se formó un panel para resolver una controversia entre Estados Unidos y Canadá contra México por supuestamente beneficiar a las empresas estatales de energía (PEMEX y CFE) en detrimento de las empresas extranjeras en el marco del Tratado de Libre Comercio (TMEC). La respuesta del presidente Andrés Manuel fue muy a su estilo, con la canción de Chico-Che, les dijo “Uy, qué miedo, mira como estoy temblando”. ¿Pero que significa este panel y que implicaciones podría tener para nuestro país?
El desacuerdo de Estados Unidos y Canadá con México en materia de Energía acusa a nuestro país de incurrir en prácticas contra la libre competencia entre las empresas estatales y las transnacionales. Señala también que estas desventajas llegan a obstaculizar la producción de energías limpias. Estas diferencias ya tuvieron el apoyo del poder ejecutivo de cada país y serán resueltas en primera instancia por un panel.
El Tratado de Libre Comercio México-Estados Unidos-Canadá (TMEC) prevé el panel como un mecanismo de conciliación y resolución de controversias. Es decir, cuando algún país considere que se han violado los acuerdos del tratado puede convocar a un grupo de expertos, exponer los argumentos y esperar a que los expertos den sus resoluciones. El panel no es un tribunal, sino una mesa de diálogo y debate por lo que cada país en disputa puede participar activamente. La resolución no es un veredicto por lo que no hay una obligación de acatarla, se trata más bien de recomendaciones.
Si después del panel el desacuerdo persiste, el país afectado puede gravar con aranceles las exportaciones del país que lo afectó por un monto similar por el que considera se ha dañado su economía.
En este caso fueron las empresas privadas de Estados Unidos las que promovieron el panel y el presidente Biden lo ha apoyado. El día de ayer el ministerio de Economía de Canadá se unió a la queja contra México. Hasta el momento no se han hecho públicos los documentos técnicos que respaldan los dichos de las empresas, pero deberán ser muy cuidadosos en presentarlos. Por ejemplo, el New York Times publicó en una nota que el desacuerdo es contra la política energética de Andrés Manuel; sin embargo, ni el TMEC, ni ningún otro tratado comercial, puede violentar la soberanía nacional, por lo que si se presenta en esos términos la queja sería desechada por improcedente.
De igual manera, carece de sustento señalar que México entorpece la producción de energías limpias. La Secretaría de Energía mostró datos que reflejan que sólo el 2% de la energía producida es a base de carbón lo que representa la mayor reducción en un sexenio en toda la historia. También ahí la queja sería desechada.
Pero, suponiendo sin conceder, que el panel fallara favorablemente a Estados Unidos y Canadá, México todavía podría acogerse a su derecho internacional de autodeterminación, porque el sector energético es considerado estratégico en la Constitución Política mucho antes de que se firmara el TMEC. En tal caso, Estados Unidos tendría derecho de imponer aranceles a los productos del sector, por ejemplo, el petróleo que México exporta. Sin embargo, dadas las condiciones internacionales, esto sería contraproducente para la economía del país vecino.
Estados Unidos también tendría derecho de gravar con aranceles otros productos como compensación, pero México podría recurrir a un panel que muy probablemente falle a favor nuestro. Como se ve, el gobierno de Estados Unidos tiene muy poco margen de maniobra, así que, ironizar sobre el miedo es bastante pertinente.
Lo que está en el fondo del desacuerdo es más bien una presión de las empresas hacia sus gobiernos. En México la política energética está funcionando y en Estados Unidos se le salió de control al viejo Biden que está a punto de incendiar a su país. En la gráfica siguiente se aprecia, mediante un índice, las variaciones de precios de la gasolina regular. A partir del gobierno de AMLO la gasolina en México ha tenido incrementos más bajos que en Estados Unidos. Después de la crisis de COVID y antes de la guerra Rusia-Ucrania, Estados Unidos tuvo un incremento exponencial. Biden está casi noqueado de cara a las elecciones intermedias y la popularidad del partido de Trump aumenta.
Elaboración propia con datos de mercado
Más allá de que en estos momentos México tiene la sartén por el mango en materia energética y que este panel nos hace temblar de risa. La canción de Chico-Che y la respuesta de AMLO deben tomarse como un himno de rebeldía, es la primera vez que el gobierno mexicano no rehúye de una afrenta de un grupo de empresarios extranjeros. Se acabó el patio trasero y ahora que se atengan los yanquis a negociar de igual a igual con un país soberano. Ni un paso atrás.
*Profesor-Investigador Universidad Autónoma del Estado de Quintana Roo
Miembro del Sistema Nacional de Investigadores
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