Perforaciones, un intento por ser diferente y crear individualidad

Perforaciones, un intento por ser diferente y crear individualidad

Foto: Unsplash y Pixabay

Tal y como pasó con los tatuajes, las perforaciones o piercings se han vuelto una parte de la cultura actual tras haber sobrevivido a siglos de evolución de la humanidad, pero no todo es “miel sobre hojuelas”, pues sus portadores todavía enfrentan fetiches arcaicos.

 

Imagen Poblana contactó a Sandra, una joven de 21 años que ha decidido perforarse varias partes de ambas orejas, así como el contorno del ombligo, lo cual a ella no le ha causado inconvenientes, pero conoce de casos en los que sí.

 

¿Te causan problemas las perforaciones?

 

Empleados en varias culturas, hoy en día las perforaciones, al menos en el mundo occidental, son ornamentales y una expresión más de los múltiples intentos por ser diferente y crear individualidad.

 

Es así que se llevan a cabo tanto para hombres como mujeres, aunque en estas últimas existen algunas que son tradicionales e incluso tienen una mejor aceptación que en el género masculino.

 

Sandra señaló que desde que tiene conciencia ha tenido las orejas perforadas, pues su madre lo hizo apenas unas horas después de que ella nació, por lo que incluso cuando salió del hospital ya llevaba unos aretes.

 

Estos adornos en las orejas son socialmente aceptados en las mujeres, pero no así en los hombres, por lo que incluso en la actualidad este servicio únicamente se ofrece para las bebés.

 

"Mi primera perforación fue en el hospital, esa que te ponen al nacer, pero ya en la secundaria me perforé las orejas, ahora la zona del cartílago y de ahí empezó mi gusto por los piercings", expuso.

 

Sandra explica que esta práctica no le ha causado mayor conflicto, incluso, tiene una perforación en el ombligo que tampoco le ha traído problemas, ya que los comentarios que ha recibido son acerca de que "se ve sexy".

 

"Tengo amigos que también tienen aretes en las orejas y generalmente lo primero que reciben son críticas por esta idea de que solo las mujeres se perforan esa parte del cuerpo", explica.

 

¿Duelen?

 

Nuestra entrevistada señaló que ninguno de sus piercings ha sido doloroso al nivel de lo que cree es un tatuaje; sin embargo, ella nunca se haría una de las llamadas expansiones, pues no solamente son más dolorosas sino también tienen secuelas permanentes.

 

"Las que yo tengo son una perforación normal, algunas que han dolido un poco más que otras, pero nada que sea insoportable, lo que sí no me haría es una expansión porque después la piel ya no regresa y se extiende", detalla.

 

Las perforaciones son piezas más gruesas que un arete normal las cuales generalmente se colocan en el lóbulo de la oreja y tienen un diámetro hasta de 1 a 2 centímetros.

 

Sandra también explica que no se perforaría la zona del cuello pues se trata de un lugar peligroso ya que, si no se hace de forma correcta, podrías quedar inválido.

 

Sobre los mitos que existen en torno a estos adornos en la lengua, señaló que ella tuvo uno en esa parte del cuerpo, pero solamente por un mes ya que le resultaba complicado llevar a cabo algunas actividades esenciales como comer.

 

"Es una de las perforaciones más comunes, pero una de las más incómodas porque la lengua te sirve para hablar y comer, resulta muy molesto hacer esto si no estás acostumbrada".

 

¿Por qué perforarse?

 

Nuestra entrevistada considera que colocarse un piercing correspondió a un acto completamente estético, pues para ella quitarse una pieza es más fácil que remover un tatuaje, aunque no descarta en un futuro cercano poder hacerse uno.

 

"A diferencia de los tatuajes creo que perforarse es algo más estético, algo más porque te gusta y porque quieres que tu cuerpo lleve algún accesorio diferente, pero no creo que alguien le pueda dar un significado diferente a una perforación", expone.

 

El mayor simbolismo que podría tener alguno de sus adornos es que en uno lleva precisamente el primer arete que le colocaron cuando salió del hospital y el cual fue un regalo de uno de sus abuelos, quien falleció hace 10 años.

 

Las perforaciones también deben de ser permitidas en los centros de trabajo; sin embargo, la facilidad de poder retirarlas y volverlas a poner permite que muchas personas se las quiten antes de empezar su turno y se las coloquen una vez que lo concluyeron.

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