El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, declaró al Tren Maya como asunto de seguridad nacional para evitar las suspensiones de las obras por demandas judiciales, promovidas por organizaciones ambientalistas e indigenistas en la península de Yucatán (sureste).
"Ya se decidió que (el Tren Maya) es un asunto de seguridad nacional y que no por los intereses de un grupo de corruptos y de seudoambientalistas vamos a detener una obra que es en beneficio del pueblo", confirmó el jefe del Ejecutivo a periodistas.
La construcción del ferrocarril de 1.550 kilómetros conectará sitios arqueológicos de la cultura maya y playas del Caribe, recorriendo comunidades indígenas y reservas de la biósfera.
La semana pasada fue emitida la declaración oficial para reiniciar las obras en el crítico "tramo cinco" de 70 kilómetros, que unirá a los conocidos destinos turísticos de Cancún y Tulúm.
"Además, el tiempo que llevaba parada (la obra) nos estaba significando un alto costo al presupuesto, que es dinero del pueblo, nada más por intereses políticos de estos conservadores corruptos", dijo el mandatario.
La obra, con un costo original de unos 7.000 millones de dólares, contempla un contrato por 1.800 millones de dólares para construir vagones y sistemas ferroviarios con el consorcio de las compañías Alstom de Francia y Bombardier de Canadá, firmado en junio de 2021 con el Fondo Nacional de Turismo.