Luis Echeverría, el referente del populismo autoritario en México

Luis Echeverría, el referente del populismo autoritario en México

El expresidente de México, Luis Echeverría Álvarez, quien gobernó el país norteamericano entre 1970 y 1976, falleció el 9 de julio a los 100 años, informan medios locales.

 

Nacido el 17 de enero de 1922 en la capital mexicana, Echeverría desplegó su propio estilo populista y personalista en la era del presidencialismo autoritario mexicano.

 

Fue uno de los principales responsables de las masacres estudiantiles de Tlatelolco, en 1968, y otra en 1971, que dejaron cientos de jóvenes muertos por la represión de las fuerzas de seguridad.

 

Según informa el medio Proceso, Echeverría fue el único expresidente mexicano que ha sido llevado ante la justicia por los delitos de genocidio y crímenes de lesa humanidad, cargos por los que cumplió prisión domiciliaria debido a su edad y de los que fue absuelto en el año 2009 por falta de pruebas.

 

A los 24 años, recién terminada la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), Echeverría comenzó su militancia en el omnipresente y camaleónico Partido Revolucionario Institucional (PRI), fundado en 1929, donde llegó al Comité Ejecutivo Nacional y llegaría a presidente de la República en la llamada 'era del presidencialismo autoritario', que se prolongó hasta el año 2000, marcado por un nacionalismo institucionalizado, surgido de la Revolución Mexicana que estalló en 1910.

 

De 1963 a 1969 Echeverría dirigió la cartera más poderosa del gabinete presidencial como secretario de Gobernación.

 

Fue en ese cargo cuando se involucró en la peor masacre de la historia mexicana contemporánea, perpetrada por militares en la plaza de las Tres Cultura de Tlatelolco, el 2 de octubre de 1968, en la que cientos de estudiantes murieron a manos de una brutal represión.

 

La 'guerra sucia'

 

Comenzando su mandato, Echeverría no dudó en ordenar la represión contra otro movimiento estudiantil, el 10 de junio de 1971, provocando decenas de muertos a manos de una fuerza de choque llamada Los Halcones, que dieron nombre a la tragedia conocida como 'El halconazo'.

 

En el marco de tendencias revolucionarias internacionales de izquierdas y del anticomunismo derechista, durante su mandato se consolidó la llamada 'guerra sucia'.

 

Una ola de represión de militares y la policía política fue enfilada contra movimientos de oposición armada y popular que proliferaron después de la masacre de 1968.

 

Respaldado por la maquinaria corporativa del PRI, Echeverría también la emprendió contra la disidencia en la prensa.

 

El golpe más claro lo dirigió contra la directiva del diario Excélsior, cuyo director Julio Scherer y los principales periodistas y columnistas fueron objeto de una intriga orquestada en 1976 por el Gobierno, infiltrando al sindicato de trabajadores del medio.

 

Mientras América Latina vivía golpes de Estado en varios de sus países, Echeverría se aliaba con el presidente socialdemócrata venezolano Carlos Andrés Pérez, para fundar en 1975 el Sistema Económico Latinoamericano.

 

Fue el encargado de abrir las puertas a los exiliados que huían de las dictaduras militares sudamericanas con un discurso nacionalista, cuando trataba de distanciarse de Estados Unidos, en un equilibrio de malabarista.

 

Intentó mantener su presencia en la escena mundial al final de su mandato y, perseguido por el reguero de víctimas de la represión que dejó su presidencia, se marchó a París, donde residió de 1976 a 1979, como representante ante la Organización de las Naciones Unidas para Educación la Ciencia y la Cultura, para luego ser designado embajador en Australia y Nueva Zelanda.

 

Este sábado, tras conocerse la muerte del exmandatario, el presidente Andrés Manuel López Obrador expresó sus condolencias.

 

 

"En nombre del Gobierno de México envío un respetuoso pésame a los familiares y amigos del licenciado Luis Echeverría Álvarez, presidente de México durante el sexenio de 1970 a 1976", escribió el actual mandatario en Twitter.

 

¿Resurgimiento del personalismo?

 

El estilo personalista de Echeverría ha llevado a intelectuales de centroizquierda como Roger Bartra a observar en López Obrador a un continuador de aquella cultura política de hace medio siglo, en la que se formó como joven militante del PRI durante 14 años, donde incluso compuso un himno al partido.

 

Roger Bartra escribió en 1987 un clásico de la ciencia política local, titulado La jaula de la melancolía, sobre la metamorfosis del sistema político mexicano del siglo XX, basado en el presidencialismo corporativo, en el que gobernantes como Echeverría personificaron el "populismo autoritario".

 

En una vuelta de tuerca sobre sus reflexiones antropológicas y sociológicas, el pensador que evolucionó del comunismo de los años 1960 y 1970 al pensamiento socialdemócrata de la izquierda moderada, afirma que López Obrador "no va hacia un modelo como el venezolano, el cubano, o ni siquiera el boliviano, porque no hay una izquierda autoritaria poderosa dentro del Gobierno, sino uno que otro loco".

 

En un nuevo libro titulado El regreso a la jaula, examina los riesgos de un retorno al antiguo régimen mexicano del siglo XX de la era de Luis Echeverría.

 

"El peligro es más bien el intento de regresar al autoritarismo mexicano de la época de Gustavo Díaz Ordaz, de Luis Echeverría, de José López Portillo", es decir del esplendor del presidencialismo autoritario (1964-1982).

 

En otras palabras, con la sombra de Echeverría en su memoria, Bartra explica: "Tal vez no pueda ocurrir una restauración del antiguo régimen, pero el simple intento de regresar ya es peligroso y genera desorden, tensiones y caos".

 

El autor estima que no existe un guion de López Obrador para explotar conscientemente los mitos de lo mexicano, de la mexicanidad, y de toda la tradición de una cultura política profundamente arraigada a lo largo del siglo XX sobre la identidad nacional.

 

El estilo 'a lo Echeverría' de López Obrador, es "una emanación espontánea de sus profundas creencias nacionalistas revolucionarias, de ahí surge la verdadera obsesión que tiene el presidente actual por la historia", señala Bartra.

 

En efecto, las insistentes críticas a gobiernos del pasado del actual mandatario solo alcanzan a seis 'presidentes neoliberales', durante tres décadas, que se remontan a dos presidentes del PRI en el siglo pasado, Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari (1982-1994).

 

Por dejar fuera de sus críticas a Echeverría y López Portillo, exponentes máximos del presidencialismo autoritario mexicano, López Obrador ha sido comparado con el estilo personalista de esos líderes.

 

Solo el tiempo dirá si México se encamina hacia un desenlace que marque un renacimiento del presidencialismo personalista del siglo XX, al estilo Echeverría. (Sputnik)

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