Si alguien dijera en estos momentos que estamos en 2024, le creo totalmente. A dos años del próximo proceso electoral, las cosas se han comenzado a calentar al interior y fuera de los partidos que buscarán conservar o recuperar el poder.
Desde lo nacional a lo local, vemos a infinidad de personajes moverse para buscar una posición o una candidatura que les permita mantenerse vigentes en esta selva de estiércol que muchos conocen como política.
Lo increíble, amable lector, es que existan políticos que pese a todos sus errores y malas acciones todavía se sientan con la calidad moral y los argumentos para levantar la mano para alguna posición o candidatura.
Y es aquí donde se deja ver nuevamente el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), que tiene a su “club de los impresentables”, personajes que han perdido toda noción y creen que la sociedad les otorgaría un gramo de confianza.
La lista es amplia en este club, pero sin duda es encabezada por la exalcaldesa Claudia Rivera Vivanco, quien al notar que no tiene potencial para una candidatura en estos momentos, apunta a dirigir los destinos de MORENA en Puebla, claramente para poder posicionarse nuevamente.
Con Rivera Vivanco vienen otras finísimas personas, como el “diputado dandy” Iván Herrera, quien bien relamido y perfumado llega al Congreso de Puebla para hacer absolutamente nada, más que para posar para las fotos que luego sube a sus redes sociales.
Eso sí, para protestar sin argumentos hasta porque el alcalde Eduardo Rivera Pérez respire, está más que puesto.
Detrás encontramos a Leobardo Rodríguez Juárez, uno de los regidores más grises que se tienen memoria y fiel creyente de que a la sociedad se le “defiende” atacando sistemáticamente al presidente municipal, aunque a veces quede en ridículo.
Ya ni hablemos de los Mier, que con “Nachito” como patriarca han perdido toda posibilidad de siquiera aparecer como suplentes en alguna posición de cara a 2024.
Y ojo, ahorita hablamos de los impresentables de MORENA, ya en otra ocasión abordaremos la larga lista panista y priista.