Numerosas ubicaciones en el mundo ya cuentan con puntos de wifi gratuito y sin necesidad de un registro, solo hay que conectarse para navegar online. Hay ciudades, como Estonia, en donde el internet es un derecho, por lo que ya sea en bosque o la playa hay conexión al alcance de todos. No obstante, esto aún no se ha implementado en muchos sitios porque se cree que las redes públicas pueden permitir el robo de información.
Con la llegada del coronavirus se incrementó la necesidad de tener servicio de internet, debido a que la mayoría de las instituciones gubernamentales, escuelas y trabajos se trasladaron al mundo virtual. Por esta razón, tanto la iniciativa privada como los gobiernos han contemplado la posibilidad de colocar puntos wifi en diversas zonas, principalmente en comunidades rurales de difícil acceso.
Aunque instalar wifi gratuito es un proyecto que podría beneficiar a millones de personas, aún cabe la posibilidad de que sea riesgoso para la población, ya que los puntos de acceso podrían ser utilizados por usuarios maliciosos para robar información personal.
Sin embargo, el robo de datos es poco probable si se instalan las configuraciones de seguridad adecuadas, las cuales protegerían cualquier información de quien navegue por la red mediante una conexión pública. Es decir, si quienes proveen el servicio de wifi gratuito hacen uso de las herramientas correctas, podrían prevenir los ataques cibernéticos y vigilar a quienes intenten robar datos.
Es más común que la intensidad de las señales de wifi públicas falle y tengan errores de conectividad, al tener muchos usuarios conectados, antes que exista la posibilidad de que personas maliciosas entren al sistema para cometer un delito.
Las nuevas tecnologías proveen gran seguridad para que se pueda prever y detener cualquier intento de robo de información, por lo que el servicio de internet gratuito bien puede ser de confianza y fácil de monitorear, gracias a las técnicas de seguridad en redes y vigilancia IP.
