Con el reciente estreno de la cinta "Jurassic World: Dominion", la última entrega de la saga cinematográfica de "Jurassic Park”, los dinosaurios han regresado al ámbito mediático, en este sentido, es común pensar que aquello que muestran las películas es un retrato fiel de cómo lucía la Tierra hace 66 millones de años, aunque en realidad, esto no necesariamente es así.
Al respecto, Jack Horner, el reconocido paleontólogo estadounidense que asesoró a Steven Spielberg durante la producción de “Jurassic Park” y “The Lost World: Jurassic Park”, señaló que es importante recordar que “las películas no son documentales”, por lo que pueden tener algunos errores científicos.
Durante los primeros cinco minutos de la última película de la franquicia, que fueron publicados en YouTube desde el pasado mes de octubre como parte de una campaña para promocionar la cinta, se observa una titánica batalla entre el tiranosaurio rex y el giganotosaurio, una bestia de 4 metros de alto y 6 toneladas de peso.
De apegarse a la realidad, este enfrentamiento no habría sido posible, pues de acuerdo con la autora científica y paleontóloga aficionada Riley Black, quien asesoró la producción de Jurassic World, estas dos criaturas no existieron en el mismo periodo de tiempo. "No solo estos dinosaurios vivieron a millones de años el uno del otro, también vivían en continentes diferentes", explicó Black.
El tiranosaurio rex vivió a finales del período cretácico, hace unos 68 millones de años, en lo que hoy es Norteamérica, mientras que el giganotosaurio vivió hace 99 millones de años en la región que hoy es Suramérica. Estas especies no son las únicas que no convivieron realmente, pues el iguanodonte, que acaba de unirse a la franquicia, vivió hace unos 120 millones de años en Europa, y el nasutoceratops, al que fácilmente se podría confundir con un triceratops, hace unos 76 millones de años.
Otro de los errores científicos de la aclamada franquicia es la apariencia que le han dado al velociraptor, uno de los animales más queridos de la saga. "Sabíamos que los dinosaurios raptoriales, el velociraptor pequeño, debían tener plumas", explicó Horner, "Steven y yo lo discutimos, pero era tecnológicamente imposible. Rara vez se animan plumas hoy en día, ha tomado un largo tiempo para que se puedan animar plumas y no le íbamos a poner plumas a un títere, ¡se vería estúpido!", agregó.
Por otro lado, Black señaló que el diseño del velociraptor en las películas es más parecido a otro animal prehistórico, llamado deinonychus, que tenía el tamaño de un ser humano y cazaba en manadas. En realidad, se cree que el velociraptor real era un ser pequeño, no más grande que un pavo y que estaba cubierto por plumas en todo el cuerpo.
Está fuera de duda que Velociraptor tenía plumas. Pero no era volador. Se cree que usaba las plumas de brazos y cola para estabilizarse en la carrera y para saltar sobre su presa, inmovilizándola con su peso para apuñalarla. Sus "alas" le permitirían mantener el equilibrio. pic.twitter.com/pPM8AxJmVJ
— cronicasdefauna (@cronicasdefauna) December 22, 2020
Otro de los errores remarcados por los expertos radica en el color de los dinosaurios, que según Horner, debían ser más coloridos. "Mi sentido es que los dinosaurios eran mucho más coloridos de lo que los hemos hecho. Sus descendientes, las aves, en muchas ocasiones son muy coloridas. No veo por qué no darles a algunos de ellos colores vívidos también. Steven no quería hacerlo, decía que los dinosaurios en tecnicolor no daban suficiente miedo", dijo el paleontólogo.
A pesar de esto, los científicos han reconocido que las películas también han mostrado varios elementos que están fundamentados científicamente. "El ejemplo que siempre doy es el estegosaurio. Si lo ves a través de la franquicia, en The Lost World: Jurassic Park, tienen una secuencia con tres estegosaurios, dos adultos y un bebé", dijo David Hone, paleontólogo de la Queen Mary University de Londres.
"Y aunque son muy grandes, son maravillosos. Habrá algunos detallitos que se pueden debatir, pero son básicamente excelentes", agregó. Finalmente, Hone señaló que las películas han servido para popularizar a muchas especies de dinosaurios a niveles insospechados, por lo que al final, a pesar de los errores y aciertos, la franquicia ha logrado su objetivo, que es entretener.