Con el fin de aprovechar los beneficios que la población LGBT deja a las grandes corporaciones y bancos, y como un método para luchar contra la discriminación, un grupo de empresarios lanzó la criptomoneda maricoin, la primera hecha para y por la comunidad no heterosexual.
La idea surgió hace cinco años en el barrio de Chueca, en Madrid, con la finalidad de que la divisa sea usada en negocios que abiertamente sean gay friendly y se suscriban a un manifiesto en favor de la inclusión.
"Maricoin es una moneda para usarla, no es una moneda para especular, no es una moneda para invertir, para forrarse o algo por el estilo. Somos una moneda de uso, somos una moneda del colectivo LGBT", declaró de Paco Álvarez, CEO de Maricoin, en un video publicado a mediados de febrero, cuando se registró un desplome en los mercados de criptodivisas.
Este medio de pago que se define como una moneda "social, ética, transparente y transversal" ya cuenta con el apoyo de varias firmas de capital de riesgo como Borderless Capital, y tiene el respaldo de firmas como Algorand Foundation, Accuro Technology, Startify, Rokk3r, Fintech Payments, Codify y Criptoro.
Incluso la cervecera artesanal ERAS lanzó una cerveza con el mismo nombre y logo para sumarse a otros 25 negocios de Madrid, Barcelona, Gran Canaria e Ibiza donde ya se pueden realizar compras con maricoin (llamadas "trans").
Aunque la prueba piloto se realizó el pasado 2 de junio tras cerrar una lista de registro, será hasta 2023 cuando se espera que esta criptomoneda se ponga en circulación general, con un valor de 50 maricoins por euro, tras una inversión de 250 millones de dólares realizada en enero.
De acuerdo con un informe 2018 de LGBT Capital, si la población LGBT fuera un país, sería la quinta economía mundial y su PIB, calculado en su capacidad de compra, ascendería a 3.600 millones de dólares, casi tres veces que el que reportó México en ese año.
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