En la historia del futbol se han marcado goles hermosos. Podemos recordar el gol de Maradona a Inglaterra en México 86, el golazo de chilena de Raúl Jiménez que hizo estallar al Azteca en 2013 y hasta uno de los tantos goles memorables que nos han regalado Lionel Messi y Cristiano Ronaldo.
Sin embargo, hasta el momento no hay uno similar al llamado “gol imposible” del brasileño Roberto Carlos, que cumple ya 25 años de que esta diana que desafió todas las leyes de la física se presentara en el Stade de Lyon.
Roberto Carlos, enfundando en la playera de la selección de Brasil, tomó la pelota para cobrar tiro libre en tres cuartos de cancha, el entonces joven lateral izquierdo del Real Madrid se impulsó hasta casi media cancha para pegarle con la parte externa de su pie izquierdo, provocando que la esférica tomara un efecto increíble para anidarse en la portería de la Selección de Francia.
Y es que el disparo de Roberto Carlos no pasó por encima de la barrera, sino que pasó por un costado y posteriormente tomó una curva increíble para entrar pegada al poste derecho del portero francés, en un gol que no se puede comparar con ninguno.
El futbolista brasileño destacó en una entrevista que jamás en su carrera intentó hacer un disparo similar, sabiendo que era imposible que algo así se repitiera, dejando ver que fue un disparo único que jamás podrá ser visto nuevamente.
Los científicos franceses Guillaume Dupeux, Anne Le Goff, David Quere y Christophe Clanet hicieron una serie de experimentos y análisis, que dan como resultado una ecuación que explica la trayectoria de la pelota y todas las fuerzas que estaban en acción en ese preciso momento.
Concluyeron que este gol se podría repetir siempre y cuando todas las condiciones fueran similares a lo sucedido en ese entonces, por lo que es prácticamente que se repita.
Por su parte, el profesor Luis Fernando Fontanari mencionó que aunque la física explica a la perfección la trayectoria del balón, las condiciones en ese momento, como la potencia de la patada, el punto de impacto del pie de Roberto Carlos en el balón y la distancia a la portería, eran tan raras que podemos llamar a ese gol como un milagro.