Solo la Federación Mexicana de Futbol (FMF) y la Liga MX no quieren ver la crisis en la que se encuentra en estos momentos el futbol mexicano por la violencia en los estadios, que parece incontrolable.
El asunto es aún más grave pues además de que las autoridades del futbol mexicano no cuentan con una estrategia para combatir este mal, los policías se muestran incapaces de lograr contener la violencia.
Ejemplo fue lo sucedido este fin de semana en el Estadio Azteca, tras el duelo de repechaje entre Cruz Azul y Necaxa, donde se presentó una nueva escena de violencia por la falta de preparación de la policía para contener a los aficionados.
REGRESA LA VIOLENCIA A LA LIGA MX ????⚽????????
— Universal Deportes (@UnivDeportes) May 8, 2022
Policías y aficionados del Necaxa se enfrentaron en el estadio Azteca ????????️⚡
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Bajo el argumento de que eran “barristas” del Necaxa, policías desalojaron de manera violenta a aficionados de los Rayos, que respondieron con agresiones para terminar protagonizando un zafarrancho que puso en riesgo a niños que estaban presentes.
El mal comportamiento de la afición, combinado con la falta de tacto de los policías es dinamita pura que termina por estallar, generando escenas de violencia que son también protagonizadas por quienes deberían evitarlas.
Y es que es de todos conocido que las empresas de seguridad privada no garantizan que puedan mantener la paz dentro de los estadios, por lo que se debe echar mano de elementos de la policía para lograr el cometido.
"Traigo a mi hija, carnal", dice un seguidor de los Rayos a la Policía que los desaloja del Estadio Azteca porque son considerados barristas. @CruzAzul 0@ClubNecaxa 0https://t.co/oJ0bEnYpne
— CANCHA (@reformacancha) May 7, 2022
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El problema es que los uniformados tampoco demuestran capacidad necesaria para evitar conflictos e incluso terminan provocándolos, pues el portar un escudo y un arma hace que algunos policías pierdan la cabeza antes que los aficionados.
La culpa de este tipo de situaciones también recae en los equipos, que no generan una estrategia adecuada para mantener la entrada y salida de aficionados en completo orden, como se requiere en espectáculos de este tipo.
Mientras la FMF, la Liga MX, los clubes y las mismas autoridades no tengan una estrategia bien pensada, la violencia en los estadios seguirá presente, escalando hasta conflictos provocados por los policías.