OMS teme que variantes BA.4, BA.5 y XE reduzcan significativamente eficacia de vacunas

OMS teme que variantes BA.4, BA.5 y XE reduzcan significativamente eficacia de vacunas

Foto: Pixabay

Luego del ascenso en la incidencia de las nuevas variantes o subvariantes de COVID-19 en Sudáfrica, un equipo de la Universidad de Stellenbosch, que es uno de los mejores en secuenciación genómica del mundo, ha hecho un estudio para detectar qué tipos de SARS-CoV-2 se han podido escapar a la vigilancia epidemiológica, los resultados han despertado la sospecha de que algunas de estas variantes pueden llegar a disminuir la eficacia de las vacunas.

 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha expresado su temor a que las mutaciones o recombinaciones del virus generen variantes resistentes a las vacunas existentes, en este sentido, Tulio De Oliveira, quien dirige el Centro de Respuesta e Innovación ante Epidemias de la Universidad de Stellenbosch, aseguró que las variantes BA.4 y BA.5, que son las que más sospechas generan hasta la fecha, no son de temer.

 

El pasado 1 de abril, Eduan Wilkinson, bioinformático del equipo de Oliveira en Stellenbosch, notó que los investigadores del laboratorio del centro y del Instituto Nacional de Enfermedades Transmisibles de Johannesburgo habían señalado varias secuencias anormales del genoma del SARS-CoV-2 en su último informe de datos, por lo que reconoció que había que buscar con urgencia estas mutaciones en todos los genomas secuenciados en el país durante los últimos meses para ver si habían pasado desapercibidas.

 

 

Luego de este análisis retrospectivo los investigadores pudieron detectar un súbito aumento en los casos con las subvariantes BA.4 y BA.5, pues en la primera semana de marzo los contagiados con estas variantes eran apenas el 5 % de los 500 genomas de COVID-19 secuenciados en Sudáfrica y para la primera semana de abril, ya representaban el 50 %.

 

Los científicos han explicado que estas variantes cuentan con una mutación de aminoácido llamada F486V que está ubicada en la proteína de pico de los virus, que abre la puerta a la infección. Lo que resulta importante para los investigadores es que los anticuerpos que producen las vacunas atacan precisamente a ese punto del virus, por lo que una mutación ahí podría representar una pérdida de eficacia en las vacunas.  

 

La OMS actualmente está rastreando los dos sublinajes, pues el miedo a que recombinaciones de variantes como XE produzcan un virus que evada la inmunidad sigue latente. 

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