A siete meses de que comience a rodar la pelota en el Mundial de Catar, los fanáticos alrededor del mundo se preparan para el mayor evento futbolístico. Comienzan las apuestas sobre quién levantará la copa y las miradas se ponen no solo en el juego, sino en las billeteras. ¿La selección más cara, tiene más posibilidades de ganar?
Del total de 32 países que lograron clasificar a la copa del mundo, Inglaterra está en el podio de las selecciones más caras: 1.150 millones de dólares. Le siguen Francia, el último campeón del mundo, con 1.070 millones de dólares en la que Kylian Mbappé vale $176.00 millones; Brasil ($934.45 millones); España ($861.85 millones), y Portugal ($822.25 millones).
El más caro de los ingleses es Harry Kane, cuyo valor de mercado es de 110 millones de dólares, según la web Transfermarkt.us.
Catar, la selección anfitriona, es una de las más humildes no solo de la competición, sino del mundo: se ubica en el puesto 93 con su plantel valuado en 15.87 millones de dólares.
Según la web especializada en fichajes, el campeón de América Lionel Messi, actual jugador del Paris Saint-Germain, ni siquiera es el jugador más caro de la selección argentina. La joya de oro del conjunto albiceleste es Lautaro Martínez (Inter de Milán) que cotiza 77 millones de dólares. La Pulga se ubica 11 millones de dólares por debajo. Se trata de su cotización más baja desde 2009. Leo había estado por encima de los 100 millones de dólares durante 10 años (2010-2020), pero a sus 34 años ya no brilla como solía hacerlo en el FC Barcelona.
La estrella del combinado portugués Cristiano Ronaldo está séptima en el ranking de su selección al valer 38.50 millones de dólares y ser ampliamente superado por Bruno Fernandez, del Manchester United F. C., que se ubica primero con sus 99 millones.
Sin embargo, no siempre lo más caro es lo mejor. En el Mundial de Brasil 2014 varias selecciones que estaban entre las más costosas, decepcionaron. Brasil, país anfitrión, tenía por entonces una nómina valorada en unos 550 millones de dólares, la más costosa del momento. Sin embargo, no logró capitalizarlo en el campo de juego y quedó eliminada con un humillante 1-7 ante Alemania en la semifinal.
España, que era la segunda más cara, volvió a su casa en la fase de grupos.
En Rusia sí ganó la más cara: Francia, en ese entonces con un valor cercano a los 1.017 millones de dólares alzó la copa más preciada del fútbol tras derrotar en la final a Croacia por 4 a 2.
Lo cierto es que cuando el árbitro da el pitido inicial, todo puede pasar y eso es lo bonito del fútbol: para ser el mejor a veces no importa el dinero.