Llegó la fecha, el domingo 10 de abril se llevará a cabo el proceso para la revocación de mandato del presidente. Es la primera vez que se realiza en el país y hay bastante desinformación al respecto, como el llamado de los sectores conservadores para no ir a votar. Pero ¿por qué es necesario participar y qué está en juego en el referéndum?
Primero hay que ser claros con una falsa idea que ha promovido la derecha: “la consulta del domingo abre la puerta para la reelección de López”. No hay relación alguna. Esta consulta es un tipo de referéndum que está consagrado en el artículo 35 de la Constitución y que tiene como fin revocar el mandato presidencial de forma anticipada cuando los ciudadanos ya no estén de acuerdo con el gobernante. De ninguna manera opera en sentido inverso, es decir, no es posible que haya un referéndum para ampliar el mandato presidencial. Pero, suponiendo sin conceder, que lo hubiera, serían las mayorías quienes lo decidirían, entonces, ¿la derecha le tiene aversión a la mayoría?
Un referéndum es un instrumento de la democracia directa que permite consultar a la ciudadanía sobre asuntos de decisión política. A diferencia de lo que se piensa, no surgió en Latinoamérica, sino en Europa, todos los países europeos, excepto Noruega, Países Bajos y Bélgica, contemplan en su legislación al referéndum. La democracia directa, a diferencia de la participativa, promueve una mayor participación de los ciudadanos y por tanto facilita la construcción de acuerdos de forma pacífica. Si el gobierno no cumple lo prometido en campaña o si los ciudadanos han cambiado de parecer con su voto ¿por qué deben esperar a que concluya el mandato? Un referéndum revocatorio permite interrumpir ese gobierno sin tener que recurrir de forma violenta al golpe de Estado.
Estados Unidos es el único país, considerado “democracia consolidada” que no contempla el referéndum a nivel nacional, aunque hay algunos estados de la federación que sí lo permiten. El más reciente referéndum en Gran Bretaña fue para que los ciudadanos decidieran si el país permanecía o salía de la Unión Europea. Por tanto, resulta infundado asociar estos ejercicios con gobiernos socialistas.
La gráfica siguiente muestra los niveles de aprobación actual del presidente. Es un hecho histórico, desde que se llevan registros ningún presidente había pasado la mitad del sexenio con un porcentaje tan alto, ronda en promedio el 60%, si consideramos los sesgos de los métodos de recolección de datos, el apoyo real del pueblo podría ser superior al 70%. Mitofsky da a conocer los resultados de forma diaria en un periódico de finanzas y el registro demuestra que Andrés Manuel ha conservado su popularidad a pesar de la crisis mundial por la Covid-19.
Elaboración propia
Entonces, ¿para qué hacer el revocatorio? Este ejercicio debe ser permanente y sentar un precedente para cualquier gobierno futuro: el pueblo tiene el inalienable derecho de decidir en todo momento sobre sus gobernantes. Significa cambiar la práctica del modelo de democracia representativa, donde sólo vamos a las urnas para elegir gobernantes, pero no para repudiarlos cuando están en el poder, lo que ha generado enojo e impotencia.
Pero, además, estamos en medio de un proceso de transformación trascendental, el más importante en 40 años y en la elección del domingo está en juego la ratificación de las políticas del actual gobierno. ¿Se imaginan que hubieran consultado a la población para decidir si se aplicaba el neoliberalismo? Votar por la continuación de Andrés Manuel tiene por objetivo demostrar ante la oligarquía internacional que el pueblo está dispuesto a defender la soberanía energética, como lo hicieron en su momento las multitudes que salieron a la calle a apoyar la expropiación petrolera de Lázaro Cárdenas.
En estos días convulsos se han proferido calumnias y difamaciones para el presidente y aquellos que estamos convencidos de la transformación que requiere el país. Pero la derecha no se da cuenta que esos insultos nos hacen más fuertes, primero porque queda demostrado que no tienen argumentos, segundo porque esa reacción nos mueve a seguir adelante. Ellos no entienden que no somos fanáticos apoyando el proyecto de un loco; ese proyecto es nuestro, lo hemos impulsado desde abajo hace ya mucho tiempo, más bien es el presidente que apoya a un pueblo loco, y en esa locura es que nos hemos encontrado amorosamente, por eso tampoco entienden las muestras de cariño, porque amor cuerdo no es amor.
El día de ayer un amplio grupo de académicos y científicos nacionales se pronunciaron por promover la participación electoral del domingo. Desde aquí nos unimos al llamado, ¡la esperanza es nuestra, vamos a votar!
*Profesor-Investigador Universidad Autónoma del Estado de Quintana Roo
Miembro del Sistema Nacional de Investigadores
Twitter: @BandalaCarlos