Disney y su “Red”, una cinta de animación bastante descafeinada

Disney y su “Red”, una cinta de animación bastante descafeinada

La calidad técnica de las producciones de Disney Pixar, sin lugar a duda, una de las casas productoras más importantes del mundo, que van más allá de la animación, en uno de sus últimos largometrajes masivos, presentados en su plataforma Disney Plus, aparece “Red” (Turning Red), la cual ha quedado a deber en el tema de emotividad, tan importante para sus espectadores recurrentes.

 

Comencemos por comentar que el filme dirigido por la realizadora y animadora, chino-canadiense, Domee Shi, me refiero a “Red”, un filme que, para ser muy honestos, lo mejor que tiene, además de la gran calidad de la animación es el tráiler, que deja ver un filme muy entretenido y dinámico, pero que realmente no lo es.

 

La cinta narra la historia de Meilin Lee (Rosalie Chiang), una chica de 13 años que vive en Toronto, Canadá, y que está entrando a la adolescencia. Mei es abrumada por el estricto carácter de su madre, lo cual le detona emociones extremas que la llevan a convertirse en un panda rojo, como la mayoría de las mujeres de la familia de su madre.

 

El sentido de pertinencia familiar, explotado en términos de tradiciones y costumbres que tienen como punto central a los pandas rojos, es en suma interesante y digno de reconocimiento; sin embargo, entreteje la cultura china con una forzada adaptación a la vida cotidiana canadiense, lo cual frena en seco el argumento que pintaba para grandes resultados.

 

Es indiscutible que el panda rojo en el que se convierte Mei al alterar sus emociones, es tan entrañable que ayuda directamente a reducir el mal impacto de una historia a la que le falta contundencia, aunque tienen sus momentos fantásticos, en conjunto, al filme le falta fuerza.

 

Cuando se compara con otros filmes de la misma casa productora, que buscan destacar la cultura de las naciones donde se ubica la historia, como “Luca” (Enrico Casarosa, 2021) o la fantástica “Coco” (Adrián Molina, Lee Unkrich, 2017), se nota claramente el déficit de emociones y ritmo del que adolece la cinta.

 

Es cierto que no defraudará a todos, porque al final de cuentas es una historia entretenida y más o menos entrañable.

 

Sólo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita. Para dudas, comentarios o sugerencias escríbame al correo electrónico trejohector@gmail.com o sígame en mis redes sociales “Cinematografo04” en Facebook y Spotify, así como “Cinematgrafo04” (sin la “ó”) en Twitter.

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