El conflicto que se vive entre Rusia y Ucrania ha comenzado a encender las alarmas del mundo entero, pues el riesgo de lo que podría ser una Tercera Guerra Mundial es una posibilidad latente en estos momentos.
De acuerdo con el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, si las negociaciones fracasan con Rusia, entonces se estaría iniciando la Tercera Guerra Mundial, situación que impactará muy negativamente en la sociedad.
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Por principio de cuentas, habría consecuencias no vistas en temas ambientales, geopolíticos, sociales y económicos, problemas de grandes magnitudes que nadie quiere vivir.
Y es que la desaceleración económica global se daría de inmediato con una caída en las principales casas bursátiles del mundo, lo que daría pie a incrementos graduales en el tipo de cambio a nivel mundial, además de que los países involucrados no sostendrían su deuda pública.
Las materias primas sufrirían un incremento gracias al aumento en el precio internacional del petróleo, impactando principalmente a países que sostienen parte de su economía en la producción de crudo, siendo México uno de estos casos.
Ante este escenario, los bancos centrales tendrían que aplicar políticas monetarias restrictivas que debilitarían la demanda interna expresándose en menores tasas de crecimiento económico denominada desaceleración económica.
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Lo anterior sería un problema menor ante las consecuencias que traería el uso de armas nucleares en un planeta ya de por sí dañado por el humano, presentando un incremento del calentamiento global, huracanes y clima helado en el mundo.
De esta manera, habría una disminución en la producción de alimentos a nivel global, especialmente en los principales productores de materia prima, entre los que destacan Estados Unidos y Rusia, productores de trigo y soya.
Con esto, se elevaría el precio de los principales alimentos que necesita el mundo, especialmente las economías en desarrollo como la mexicana, lo que conlleva a mayores niveles de desnutrición infantil y pobreza en nuestro planeta.
