Un hombre argentino fue víctima de una estafadora de internet -a la que nunca vio- por más de tres años. Se conocieron a través de Tinder y, para ayudarla a “mantener a sus dos hijos”, el joven le envió más de 40,000 dólares que fueron utilizados para una “cirugía de implantes”.
Leila Ríos es el supuesto nombre de la mujer que había sido abandonada por “dos maridos”, tenía “dos hijos” y supuestamente estaba llena de préstamos e hipotecas. Los internautas la bautizaron como “La estafadora de Tinder”, como a Simon Leviev, ya que fue esta aplicación la que usó para prolongar su engaño por más tiempo y que, posteriormente, le daría acceso al WhatsApp de su víctima.
“Yo en principio accedí a ayudarla enviando dinero por distintos montos, con el tiempo esto era más frecuente porque sentía que el vínculo era más cercano, más allá de ser virtual”, declaró el joven de 25 años en su denuncia, según la Fiscalía de Puerto Madryn.
Y añadió: “Durante estos últimos tres años, le giré alrededor de 4,500,000 de pesos argentinos. El dinero decidí enviárselo dado que ella me contaba los problemas por los que pasaba, que eran generalmente relacionados a la mantención de sus hijos, alquiler de vivienda o cuotas que tenía que pagar... Recuerdo que le envié ese dinero para que Leila pague el crédito, sin embargo, yo estuve averiguando y me enteré que ella se había hecho una cirugía en sus pechos, un implante”.
Al parecer, la mujer siempre intentaba conseguir el dinero del joven y, con la ayuda de terceros, prolongó esta estafa hasta que se volvió sospechosa para la víctima. La Fiscalía le preguntó al joven si siquiera se habían conocido en persona, pero este afirmó que no, por lo que las autoridades siguen investigando el paradero de la acusada.
“Hace una semana ella me escribe y me dice que había accedido a otro préstamo, que debía pagárselo. Ante mi negativa, recibo mensajes que me dicen que si no pagaba iba a sufrir las consecuencias, por lo que lo hablé con mis padres y decidí radicar la denuncia”, finalizó el hombre.
Alejandro Antilef, subcomisario que atendió el caso, explicó que este tipo de “estafas románticas” eran habituales en las aplicaciones de citas, por lo que recomendaba que, ante cualquier sospecha de la persona, acudieran a alguna herramienta de búsqueda; sin embargo, comentó que, respecto a este caso, será difícil que la víctima recupere su dinero y, sobre todo su confianza en las personas.