“COVID persistente”: ¿Por qué sigues con síntomas meses después de curarte?

“COVID persistente”: ¿Por qué sigues con síntomas meses después de curarte?

Foto: Pixabay

A pesar de los diversos estudios que se han hecho con el fin de entender completamente los efectos del coronavirus en el cuerpo, todavía quedan muchas interrogantes por resolver. Algunas de las más comunes y que han afectado a muchas personas infectadas, son las famosas “secuelas”, entre las que destaca una sensación de cansancio permanente, incluso meses después de superar la enfermedad, pero, ¿por qué sucede esto? Recientemente la OMS ha identificado lo que se conoce como “COVID persistente”, y aquí te explicamos de qué se trata.

 

La OMS define este padecimiento de la siguiente manera: “es la condición que ocurre en personas que han pasado el coronavirus, generalmente 3 meses después del inicio, con síntomas que duran al menos 2 meses y que no pueden explicarse con un diagnóstico alternativo”. Esto quiere decir, que para que los síntomas se consideren como COVID persistente, es necesario que se mantengan presentes 3 meses después de la infección, pero no puedan ser explicados por otro motivo o enfermedad.

 

Es importante establecer la diferencia entre COVID persistente y las secuelas, pues a pesar de lo que muchos creen, no son lo mismo. Se habla de secuelas únicamente cuando se tienen afectaciones después de haber sufrido la enfermedad de manera grave, generalmente cuando ha habido incluso un ingreso en UCI. Por ejemplo, hay pacientes que pueden necesitar ayuda para respirar durante mucho tiempo, incluso tras recibir el alta, debido al daño pulmonar o las "cicatrices" en estos órganos que puede dejar el virus.

 

Otra característica importante del COVID persistente, es que sus síntomas pueden ser intermitentes, es decir, podrían aparecer y desaparecer de manera irregular, por lo que los pacientes pueden experimentar rachas de malestar y luego pasar algunas semanas sin ningún inconveniente. Hasta el momento, no se sabe con exactitud por qué algunas personas desarrollan esta condición y otras no, pero se han encontrado algunos factores de riesgo, entre los que destacan: haber tenido mucha carga viral al principio de la infección, tener enfermedades autoinmunes y padecer diabetes tipo 2.

 

En cuanto a los síntomas, se sabe que pueden llegar a presentarse hasta 70 molestias diferentes en todo el cuerpo, esto supone un problema importante para el diagnóstico, porque en muchas ocasiones, no se toma muy en serio a los pacientes, pues se piensa que exageran o somatizan. Los síntomas más comunes de esta condición son: cansancio y debilidad, daño cognitivo, daño en el sistema inmunitario y afectaciones en los pulmones.

 

Esto es una muestra más de la seriedad del virus y sus consecuencias, todavía no se sabe si estos síntomas desaparecerán con el tiempo o se mantendrán de por vida en las personas afectadas, por eso, es importante tratar de evitar contagiarse con la enfermedad.

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