Con la presencia del COVID-19 en nuestro día a día desde hace ya casi dos años, otras enfermedades han quedado de lado en cuanto a la atención, pese a que se requiere que sean tomadas en cuenta por su gravedad.
La crisis sanitaria también trajo consigo un incremento en las enfermedades mentales y la depresión se convirtió en una pandemia silenciosa, de la que nadie habla por considerarla una condición no grave o que no requiere mucha atención.
Sin embargo, esto debe ser todo lo contrario, pues en la actualidad más del 5% de la población adulta del mundo vive con depresión y el 75% de quienes la padecen no reciben ningún tratamiento médico para superarla.
Miembros de la Asociación Mundial de Psiquiatría han criticado que solo se clasifique a la depresión como clínica y no clínica, pues los síntomas y niveles de gravedad son muy diversos, por lo que se considera que el número de personas con depresión podría ser aún mayor.
Por este motivo, es importante destacar que la depresión es un estado mental muy serio que puede interferir en nuestras actividades diarias de diversas maneras, pues afecta cómo actúas ante cualquier situación.
En caso de detectar cualquier síntoma que se asocie con la depresión, por mínimo que sea, es necesario buscar ayuda profesional, ya que esta enfermedad mental puede llegar a ser discapacitante y hasta mortal.
