Efectos económicos de la guerra

Efectos económicos de la guerra

A primera hora del jueves, el presidente de Rusia, Vladimir Putin anuncio una “operación militar especial” en los territorios de Donetsk y Lugansk al este de Ucrania. Para Estados Unidos y Europa, esto es igual al inicio formal de la guerra, por lo que ya se preparan para responder. ¿Qué efectos tendrá en la economía mundial?

 

Donetsk y Lugansk se encuentran cerca de la frontera con Crimea. Por el tamaño de su población, representan una cuarta parte del total de Ucrania; pero por su aporte económico ocupan el segundo lugar gracias a las actividades mineras y siderúrgicas que desarrollan. A pesar de que recientemente se declararon repúblicas populares independientes, han sido epicentros de conflictos desde 2014.

 

En 2013, Ucrania se negó a formar parte de la Unión Europea, diversas manifestaciones ocuparon las calles, tanto a favor del europeísmo en el oeste, como en contra, en el este. El resultado fue la caída del gobierno y la elección de gobiernos pro-Europa, que sugieren una injerencia de la Unión Europea. El nuevo gobierno ucraniano sometió violentamente a los habitantes del este que habían formado grupos de resistencia, estos enfrentamientos se conocen como la guerra de Donbáss. Desde entonces Rusia acusa de genocida al gobierno de Ucrania, en respuesta Ucrania ha tenido acercamientos peligrosos con la Organización del Atlántico Norte (OTAN) violando los acuerdos firmados desde el fin de la segunda guerra mundial.

 

Mientras para Rusia esta operación militar es para respaldar a la población de Donetsk y Lugansk, en Occidente los medios difunden una misma matriz mediática: es la invasión rusa a Ucrania, con ello preparan el terreno ideológico para apoyar una escalada militar que favorezca en términos geopolíticos a Estados Unidos.  

 

Las primeras afectaciones económicas ya las vive Ucrania. Declaró estado de emergencia en todo el país, por lo que se suspendieron las actividades no esenciales, entre ellas la aviación civil, por lo que se interrumpieron los sistemas logísticos y de transporte de mercancías, algunas poblaciones ya enfrentan anaqueles vacíos. Mantener esta situación una semana sería el equivalente a perder el 1% del Producto Interno Bruto anual; pero si dura un mes, la caída podría ser hasta del 10%, sin contar las pérdidas materiales de la guerra.

 

A nivel mundial ya hay consecuencias, los mercados han mostrado nerviosismo y las bolsas de valores presentan pérdidas. En Nueva York, el mercado financiero borró las ganancias del año y se encuentra en niveles semejantes al peor momento de la pandemia. Por su parte, el oro, refugio natural contra el riesgo, alcanzó un máximo histórico al superar los 2,200 dólares por onza. En contraste, las criptomonedas como el Bitcoin acumulan un desplome del 30% anual, se espera que la caída se amplíe a medida que el conflicto avance y los inversionistas busquen activos reales.

 

El precio del barril de petróleo cerró el día de ayer en 97 dólares y se hacen apuestas seguras de que el conflicto disparará el precio hasta 150 dólares, algo nunca visto. En la gráfica siguiente se muestra los cambios en el precio durante el último año, el aumento ya representa el 52% y es el precio más alto desde septiembre de 2014. Europa pagaría anticipadamente las consecuencias, ya que esta alza disparará los precios de la gasolina, el gas y la electricidad, ya de por sí impagables para amplios sectores de la población europea.

 

Elaboración propia con datos de OPEP

 

Los planes publicados por el gobierno ruso muestran que se han preparado para un conflicto de al menos un trimestre, con lo que se esfuman las esperanzas de que la economía mundial se recupere de los efectos de la pandemia en este año. Un precio sostenido al alza del petróleo presionará al alza la inflación y habrá una drástica reducción de la demanda.

 

Hay varios factores que hacen suponer que el conflicto será largo, aunque bajas probabilidades de que se extienda a más regiones. En primer lugar, Europa no está en condiciones políticas ni económicas de involucrarse militarmente; con una desgastada economía debería imprimir más euros lo que redundaría en mayor inflación, además de enfrentar un descontento popular porque la mayoría de la población no apoya la incursión.

 

En segundo lugar, Estados Unidos está en su punto histórico más bajo de popularidad, su hegemonía mundial está severamente debilitada y sus instituciones perdieron legitimidad; incluso, al interior, Biden enfrenta un fuerte divisionismo en el congreso que difícilmente le aprobaría una campaña militar.

 

Aunque la lectura que debe hacerse es que Ucrania y el Donbáss son sólo el pretexto de lo que hemos presentado en columnas anteriores: el mundo unipolar muere y Estados Unidos da sus últimos golpes desesperados, su campaña de miedo para azuzar al gobierno de Ucrania le funcionó. Son los últimos manotazos del imperio, los que dará con mayor crueldad y violencia, por lo que no les importará no tener el apoyo de los pueblos del mundo.

 

*Profesor-Investigador Universidad de Quintana Roo

 

Miembro del Sistema Nacional de Investigadores

Twitter: @BandalaCarlos