¿Cómo impacta el cáncer infantil en las familias?

¿Cómo impacta el cáncer infantil en las familias?

Foto: Pixabay

El cáncer es una enfermedad con la que es muy complicado lidiar, el problema se agudiza si el enfermo resulta ser un menor, y aunque en los años recientes se han hecho avances importantes en la atención, tratamiento y detección, todavía sigue siendo un problema que daña de manera importante el núcleo familiar de los afectados. Durante el marco del día del cáncer infantil, analizamos el impacto que la enfermedad tiene en las familias.

 

El primer factor a tomar en cuenta son los padres, que deben lidiar con la responsabilidad de apoyar al menor durante todo el proceso de tratamiento, es habitual observar niveles de estrés y ansiedad elevados, sobre todo por la incertidumbre que representa la curación del paciente. Es normal que los padres se nieguen a aceptar la realidad, y esto puede desatar una múltiple variedad de emociones, desde la ira, culpa, miedo, entre otros.

 

 

Aquí es donde entra en juego el acompañamiento psicológico y la atención adecuada de la familia en general desde el momento del primer diagnóstico, ya que, si bien estas emociones son normales, si no se manejan correctamente, pueden ser transmitidas al infante y afectar su proceso terapéutico.

 

La adaptación de las familias ante la enfermedad depende en gran medida de los recursos con los que cuenta el grupo, así como de sus ideologías y creencias, además, debido a la extendida duración del tratamiento, es necesario que los integrantes cuenten con un apoyo social sólido, que les permita regular sus emociones correctamente, aliviando el estrés.

 

Es común que los padres tengan dudas sobre cómo expresar la noticia del diagnóstico y sus consecuencias a los hijos, pues muchas veces, con el afán de “proteger” a los niños, se les termina por ocultar información importante. En este sentido, lo recomendable es contarles la verdad, y explicar la enfermedad adaptándose a la edad, siempre tratando de resolver cualquier duda. El objetivo es integrar a los hermanos en el proceso terapéutico, evitando que puedan generarse problemas de comportamiento posteriores.

 

El los pacientes, las reacciones o afecciones psicológicas son diversas, pues desde los 3 años, son capaces de comprender en cierta medida, las señales verbales y no verbales de su entorno, por lo que son conscientes de la gravedad de su situación. Debido a esto, es importante establecer una comunicación clara y honesta, que, adaptándose a su edad, les permita manejar sus miedos y preocupaciones. Algunas de las reacciones psicológicas más comunes son:

 

  • Distrés agudo. Que es producto del malestar físico provocado por la enfermedad y el tratamiento, principalmente la quimioterapia.
  • Ansiedad y miedo. Es común que los niños desarrollen temor, sobre todo ante los procedimientos médicos invasivos, que pueden provocarles algún daño físico.
  • Cambios de humor. Los pacientes pueden mostrar irritabilidad y cambios repentinos de humor, esta es una señal de que están a la defensiva ante la situación.
  • Depresión. Esta aflicción es provocada por el cambio en la vida diaria, la restricción de varias actividades y la pérdida de refuerzos.
  • Alteraciones en el comportamiento. El origen de estos cambios radica principalmente en las actitudes que los padres toman con los niños, como la sobreprotección.
  • Baja autoestima. Los niños enfermos pueden verse afectados por las secuelas físicas que dejan los tratamientos, como la alopecia.

 

A pesar de todo esto, actualmente se está trabajando para mejorar la calidad de vida de los menores y sus familias, tratando de ofrecer una intervención multidisciplinaria efectiva desde el momento del diagnóstico, con el objetivo de evitar que la enfermedad interfiera en la vida de los niños, garantizando su correcto desarrollo e integración correcta en la sociedad.

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