Ante las reiteradas faltas de respeto que diversos funcionarios del gobierno español han tenido con nuestro país, el presidente Andrés Manuel propuso una pausa en las relaciones con España. Aunque todavía no es un asunto formal, la declaración por sí sola es histórica y simboliza la necesaria descolonización y reivindicación anti-imperialista, no sólo de México, sino de toda Latinoamérica.
Parece surrealista que después de más de 200 años de vida independiente, haya trasnochados que tengan nostalgia a la época colonial. Empezando por el mismo rey de España y los más radicales fascistas, esos que son invitados a nuestro país por la fracción del PAN en el senado. Tanto los conservadores de aquí, como los de allá, siguen repitiendo la idea que España civilizó a América e ignoran la evidencia científica que lo desmiente.
Hay que recordar los relatos que hace un español, Fray Bartolomé de las Casas, al comparar las ciudades mexicas con las europeas. En urbanismo e higiene llevábamos ventaja. Mientras en París convivían con la inmundicia de los desechos fisiológicos, en Tenochtitlán había un sofisticado sistema de canales para drenaje. Mientras en Europa creían que bañarse frecuentemente perjudicaba la salud y andaban con un fuerte hedor desde la boca hasta las partes pudendas, los mexicas usaban baños de temazcal y limpiaban sus dientes con carbón activado (tortilla quemada a la brasa).
En distintas columnas anteriores hemos expuesto la evidencia histórica de los avances indígenas en arquitectura, biología, medicina, astronomía; en los sistemas económicos, políticos, sociales y educativos. Los indígenas tenían una cosmovisión de sustentabilidad tan complejo que los españoles no pudieron comprenderlo hasta 500 años después.
La conquista debe ser considerada como una invasión y por tanto debe ser equiparada a actos de genocidio. Hay suficientes fuentes para comprobar el exterminio de la población por parte de los españoles al grado que muchas ciudades desaparecieron por completo, como sucedió en lo que hoy es Cuba, Paraguay, Uruguay y Argentina. En México se han documentado casos de exterminio en Cholula, Tlaxcala, Michoacán, la zona maya y la del Papaloapan. Sólo en esta última zona, la población pasó de más de un millón de chinantecos y mazatecos a menos de cien mil.
En la Colonia (1521-1821) continuaron las masacres, aunado al saqueo ilimitado sobre los recursos minerales y madereros. Ese robo sirvió para definir la acumulación originaria de muchas riquezas actuales, incluyendo a la corona británica. La reina Isabel I (1533-1603) contrataba piratas para que robaran los galeones españoles y se llevaran el oro a Inglaterra. Con la independencia no acabó la rapiña, nos obligaron a pagarles una deuda como indemnización.
Hay dos momentos en la historia nacional en que realmente se les ha puesto un alto a los españoles, primero con Juárez y luego con Cárdenas. Basta señalar que tata Lázaro acogió como refugiados a los republicanos españoles en un claro desafío al dictador Francisco Franco. Cuando en España triunfó la segunda república (1931-1939) se abolió la monarquía. Fue durante el fascismo de Franco que se restauró e invitó a reinar al borbón Juan Carlos I, actualmente acusado de corrupción y prófugo en Arabia Saudita.
Ese mismo Juan Carlos I tuvo la desfachatez de callar a Hugo Chávez en una cumbre iberoamericana, sintiendo que España todavía tenía colonias. Claro que Venezuela respondió con toda dignidad. Así que la actitud de estos españoles, que como vemos, están emparentados con corruptos, conservadores y fascistas, no es ni reciente ni particular hacia México, lo que pasa es que antes estábamos de rodillas.
Hoy se enojan porque les exigimos asuman su responsabilidad histórica en el genocidio indígena o porque no renovamos los contratos leoninos a Iberdrola. Hacen mancuerna con los conservadores mexicanos y nos quieren asustar con el viejo cuento que se irán las inversiones. ¿En serio, siguen defendiendo la entrega de la electricidad a empresas españolas cuando el propio pueblo español no tiene para pagar los recibos de luz?
Incluso, el peso que España tiene en nuestro comercio internacional ha perdido participación. En la gráfica 1 se muestra que de pasó de ser el 40% de las exportaciones a Europa a sólo el 20% del total. De igual forma las importaciones de productos españoles apenas son el 10% del comercio total europeo. Este deterioro no es del actual sexenio.
Elaboración propia con datos de Balanza Comercial (INEGI)
Descolonicemos nuestra mente y exijamos un trato digno, de España y de cualquier otro país que no nos trate de iguales, incluyendo a Estados Unidos. Esto no rompe la hermandad de los pueblos mexicano y español; esto es contra los gorilas de la monarquía y el gobierno español. A México se le respeta.
*Profesor-Investigador Universidad de Quintana Roo
Miembro del Sistema Nacional de Investigadores
Twitter: @BandalaCarlos