¿Cómo sé que soy adicto a mi celular? Y ¿Cómo puedo pararlo?

¿Cómo sé que soy adicto a mi celular? Y ¿Cómo puedo pararlo?

Foto: Pixabay

Durante esta pandemia casi todo el mundo se ha mudado al plano virtual: trabajo, escuela, entretenimiento, contacto humano… Todo se hace a través de una pantalla. Estos recursos, si bien son de gran ayuda, han empeorado el estado mental de muchos usuarios que llegan a preguntarse: ¿soy un adicto a las pantallas? Y si es así, ¿cómo puedo pararlo?

 

El uso excesivo del teléfono o de la pantalla no está reconocido oficialmente como una adicción (o un trastorno por uso de sustancias, como lo llaman los expertos) en el manual oficial de trastornos mentales de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría. Pero cada vez existen más especialistas en salud mental que avalan esta adicción por la pantalla ya que presenta los rasgos principales:

 

Control: el consumo de esta sustancia altera tu organismo provocando respuestas distintas a tu comportamiento actual.

 

Compulsión: siempre estás preocupado por consumir la sustancia provocando su uso instintivo (sin decidirlo activamente).

 

Consecuencias: el consumo de esta sustancia afecta directamente a tu vida diaria: convivencia sana, actividad física, introspección… etc.

 

Anna Lembke, especialista de psiquiatría en la Universidad de Stanford, es una de las investigadoras que ha apoyado la categorización de esta adicción como una “preocupación cultural”. Por ello, ha elaborado distintas prácticas clínicas que podrían ayudar a detener esta “adicción a las pantallas”. Aquí te las mostramos:

 

El ayuno de pantallas consiste en alejarnos de los dispositivos electrónicos que nos generen cierta ansiedad o depresión por periodos cortos de tiempo: 24 horas, 1 día, 5 días, una semana e incluso un mes… No es un método muy recomendable para aquellos que necesitan subsistir a través de las pantallas, sin embargo, muchos de sus pacientes sometidos a este “tratamiento” afirmaron sentirse más felices y con menos ansiedad.

 

 

Y si eres uno de los usuarios que no puede ayudar libremente, el establecer horarios respecto al uso de pantallas podría ser tu solución: asignar momentos del día o días de la semana en los que no utilices el teléfono en absoluto, como antes y después del trabajo. Lembke afirma que: “las cosas más cercanas a nosotros en el espacio físico son las que más nos afectan psicológicamente”, por lo que alejar estos dispositivos de nuestro lado también podría ayudar a frenar esta adicción.

 

Si bien el uso de estos dispositivos es fundamental para nuestro desarrollo y en muchas de las ocasiones se deben violar estas recomendaciones, Anna nos recalca la importancia de reflexionar constantemente ¿cuánta importancia le damos o qué relación tenemos nosotros con nuestros dispositivos? Puesto que, y pese a nuestra creciente necesidad por establecer una situación mental sana ante la pandemia, el ser humano parece estarse olvidando de aquel tiempo fuera de nuestros dispositivos en el que se podía palmar la felicidad y no solo reflejarse en una pantalla.

Notas Relacionadas