Aunque a lo largo de los años han contado con buena aceptación del público, el argumento de las películas apocalípticas se va desgastando cada vez más, al grado que ya no llaman la atención como antes.
Este fin de semana se estrena “Moonfall”, filme protagonizado por Halle Berry y Patrick Wilson donde se plantea un escenario catastrófico para el planeta Tierra debido a que la luna se aproxima hacia nuestro mundo.
En la película se argumenta que la Luna es sacada de su órbita por una fuerza desconocida y puesta en curso de colisión con la Tierra, por lo que dos astronautas y un teórico de la conspiración trabajan juntos para intentar evitar un desastre.
En el transcurso de la película, los protagonistas descubren que la Luna no es lo que parece, ya que en realidad se trata de una megaestructura construida por una sociedad avanzada.
Y aunque suena hasta palomero el argumento, la realidad indica que no se puede esperar mucho de un filme dirigido por Roland Emmerich, experto en presentar películas basadas en desastres apocalípticos como “El Día Después de Mañana” y “2012”.
Con tres décadas como director, Emmerich solo ha recibido una buena crítica gracias a “El Patriota”, motivo por el que es catalogado como el director más nefasto de la actualidad y ha sido nominado a un premio Razzie a lo peor del año en Hollywood hasta en cinco ocasiones.
Ignorando juicios y modas, se ha empeñado en cimentar su leyenda de “master of disaster”, de maestro de las películas catastróficas de manera literal y figurada.
Debido a esto no podemos esperar de “Moonfall”, pues se corre el riesgo de ver la misma fórmula desgastada de este tipo de filmes, lo que daría pie a una película que no alcanza el grado de “palomera”, siendo finalmente muy aburrida.