
Pese a las cifras récord de contagios de COVID-19, Dinamarca levantará las restricciones sanitarias la siguiente semana, por lo cual ya no se usarán cubrebocas en espacios públicos y desaparecerán las restricciones en restaurantes, la vida cultural y social, y reabrirán los bares y centros nocturnos.
De acuerdo con EFE, las autoridades danesas tomaron la decisión de declarar el fin de la pandemia porque la variante ómicron es menos peligrosa y el país presenta un alto número de personas inmunizadas, por lo cual el COVID-19 no será considerada una enfermedad "crítica".
En rueda de prensa, Mette Frederiksen, primera ministra danesa, dijo: "Estamos listos para salir de la sombra del coronavirus, decimos adiós a las restricciones y le damos la bienvenida a la vida que teníamos antes. La pandemia sigue, pero hemos pasado la etapa crítica".
Además, Frederiksen dijo que no solo hay que fijarse en las actuales cotas de contagios, sino en una cifra más importante, que es la de enfermos de gravedad, pues afirmó que dicha curva se ha roto".
Otro de los factores decisivos para que las autoridades levanten las restricciones son las altas cifras de vacunación, pues datos oficiales registran que 80,6% de los daneses han recibido la pauta completa y 60%, la dosis de refuerzo.
Asimismo, Frederiksen presentó tres fases para vigilar la pandemia: en la primera, hasta primavera, mantendrán las recomendaciones para proteger a los grupos de riesgo, como el uso de cubrebocas en asilos, y quienes viajen a Dinamarca sin estar vacunado deberán someterse a un test.
La segunda fase se extenderá hasta el otoño y servirá de preparación para la tercera, el siguiente invierno, en la que es "muy posible" que parte de la población o toda tenga que ser vacunada otra vez.
En lo que va del año, Dinamarca presenta uno de los índices de mortalidad por COVID-19 más bajos de Europa: 62,59 por cada 100,000 habitantes, tres veces menos que España, Portugal o Francia.